Nadie en la isla de Chipre se esperaba que, después de un buen 2023, este año estarían hablando de crisis. Pero hoy se habla de unos 30 mil visitantes que no se dejarán ver, generando una fuerte reducción de ingresos.
Thanos Michaelides, el presidente de la Asociación de Hoteleros de Chipre, reveló las dimensiones de la crisis que están detectando los empresarios de la isla. Ya en mayo se notó una caída de reservas, que desde entonces no ha hecho más que agravarse.
El 11 por ciento de los chipriotas trabajan en el turismo, pero el sector tiene el grave problema de la falta de mano de obra, por lo que los servicios se están resintiendo. La crisis de ingresos, lejos de ayudar, puede agravar el problema.
Michaelides añade otros factores que ayudan a explicar la situación que atraviesan: la crisis en Oriente Medio, tan cercana a Chipre; la tensión entre Rusia y Ucrania; la fragilidad de la economía británica, principal mercado emisor de Chipre; que este año la Semana Santa tuvo lugar muy pronto y dificultó los viajes; y, por supuesto, la quiebra del turoperador alemán FTI (FTI se declara en quiebra: sobrevuela el fantasma de Thomas Cook).
Chipre apenas tiene turismo de países diferentes a Reino Unido, pese a que es el mercado más alejado. Centro Europa, en general, desconoce el producto chipriota.
En todo caso, los británicos no se han retraído en destinos como España o Portugal, lo cual apunta también a razones locales no explicadas.
Normal. Está lleno de israelíes. Que los echen e iremos.