Los graves problemas que vivió el aeropuerto de Palma durante el miércoles se repitieron e incluso agravaron el jueves, uno de los días de más tráfico en la terminal.
El principal problema fueron nuevamente las tormentas que impidieron las maniobras de aproximación a las pistas, complicando notablemente la gestión del control aéreo. Igualmente, las salidas en muchos momentos del día fueron tremendamente dificultosas, con aviones que debían hacer rodeos inusuales (Peligro extremo en Mallorca: desaconsejan realizar viajes).
Estas tormentas habrían sido menos disruptivas si el aeropuerto no estuviera prácticamente al máximo de su capacidad, lo que ha generado un caos en cadena.
Hubo decenas de cancelaciones y los retrasos fueron tan generalizados que apenas se pueden rescatar algunos, pocos, vuelos puntuales. Los retrasos fueron, como norma, de dos horas, pero los hubo de más tiempo.
En Menorca también hubo problemas, menores que en Palma. En Ibiza, los retrasos, en general, fueron menores.
Los problemas en Palma empezaron a primera hora dado que muchos vuelos procedentes de Alemania se retrasaron porque los ecologistas volvieron a ocupar pistas, esta vez en los aeropuertos de Nuremberg, Colonia-Bonn, Berlín y Stuttgart, siendo estos tres últimos muy importantes. En los dos primeros la suspensión de operaciones duró casi toda la mañana, lo que generó un efecto en cadena en toda Europa. En Berlín y en Stuttgart la normalización llegó antes.
es lo q tiene la estacionalidad, que cuando se está a tope se piensan q son todo problemas, cuando en otros aeropuertos, estar a tope es lo normal.
Limite de llegadas y punto.