Southwest es la inventora del low-cost en el mundo. En Estados Unidos se ha convertido en líder, aunque apenas vuela fuera del país. Pero el modelo ya no es tan rentable. Según Michael O’Leary, su discípulo, todo se debe a que hoy ya no es una low-cost. Pero el problema es que su principal propietario tampoco está contento, y eso sí es un asunto serio (La aerolínea americana con más clientes no es una de las tres ‘grandes’).
El principal inversor es el fondo de inversiones Elliott Investment, del multimillonario Paul Singer. No obstante, no tiene mayoría absoluta en la empresa. Pero hace ya tiempo que manifestó su descontento con Robert Jordan, el director ejecutivo, por cuyo cese aboga.
No es nada nuevo que una empresa se convierta en campo de batalla, pero eso es lo que está ocurriendo, con los medios contándolo todo como en un culebrón. Ahora, Jordan y Singer se han reunido y el segundo se ha conformado con un montón de cambios que, no obstante, lo mantienen a Jordan en el cargo: seis directores de la compañía se marcharán y entran otros cuatro, algunos de los cuales son de la confianza de Singer.
Antes, el directivo del fondo había conseguido poner fecha a la salida del presidente de la compañía, Gary Kelly, que se irá el año que viene.
Singer quiere ganar dinero y Southwest ha perdido la mitad de su valor en Bolsa en tres años, lo cual pone de los nervios a Singer quien acusa a la compañía de haberse dormido y no haber modernizado su informática, entre otras cosas. Recordemos que un fallo informático colosal hace un año supuso pérdidas de mil millones de dólares para la compañía, que Singer no parece estar dispuesto a tolerar más.
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