El griego Stelios Haji-Ioannou fundó Easyjet. Y le fue muy bien. Hasta que un día creó un montaje que también le fue bien: se quedó en minoría en EasyJet y se propuso crear un imperio vendiendo el uso de la marca Easy (Fácil, en castellano). El es el único propietario de la marca, incluso para Easyjet, donde no tiene mayoría.
Así creó desde EasyCinemas a EasyCars, EasyHotels y un largo etćetera. En unos pocos casos, el dueño de la empresa es Stellios, pero siempre es propietario de la marca, por cuyo uso cobra. Ha comercializado más de 200 submarcas con ese prefijo y colores.
Stellios se ha convertido a nivel mundial en un obseso con la marca. Demanda a todo el mundo que llame Easy a cualquier cosa. Hace poco hizo que un fontanero tuviera que cambiar el nombre. Con el naranja también está obsesionado, aunque no tanto.
Hasta ahora. Acaba de perder su primer asunto en este tema. Demandó a Easyfundraising, una ONG que recaudaba para causas benéficas. Pero el juez la desestimó diciendo que los objetivos de sus negocios son tan diferentes que no existe riesgo alguno de una confusión.
Faltaba más, a las pocas horas Stellios ya había anunciado que apelaría el fallo.
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