La alta velocidad en España acumula pérdidas superiores a los 600 millones de euros desde que se abrió el mercado a la competencia en 2021. A pesar de un aumento del 37% en el número de viajeros entre 2022 y 2023, la guerra de precios entre Renfe, Iryo y Ouigo, la crisis energética y el lastre de la pandemia no están permitiendo que las compañías abandonen los números rojos (La alta velocidad descarrila en España por la guerra de precios).
Según informa Cinco Días, Ouigo lleva en números rojos desde su entrada en el mercado. En 2021 perdió 32 millones, que suman a los 36,6 del 2022, y a los 42,7 del año pasado. Esto hace un montante total de unos 111 millones en tres años.
En el caso de Renfe, arrastra unas pérdidas de 362 millones en 2021, de 108 en 2022, y de 123 en 2023 por la dura batalla de precios, es decir, casi 600 millones en conjunto. También hay que tener en cuenta que, en el año de la pandemia, perdió 473 millones, por lo que, al igual que el resto de empresas del sector turístico, su tesorería ya estaba delicada (El desplome de los ingresos de Renfe por la irrupción de Iryo y Ouigo).
Por su parte, Iryo se ha dejado la nada desdeñable cifra de 79 millones de euros en 2023, su primer ejercicio completo. La compañía participada por Trenitalia, Air Nostrum y Globalvia también perdió 25 millones en 2022, el año de su estreno (25 de noviembre de 2022) (Iryo pierde el doble que Ouigo: 79 millones de euros en 2023).
Cabe recordar que todas las compañías han tenido que realizar inversiones significativas en nuevos trenes para fortalecer sus servicios. Renfe ha invertido 1.490 millones de euros en 30 nuevas unidades fabricadas por Talgo, mientras que Iryo y Ouigo también han realizado compras millonarias para ampliar su flota.
Pero el principal lastre de la rentabilidad de la alta velocidad es la política de precios bajos. Transportes lleva meses advirtiendo de que la situación es insostenible. Renfe, que ha presentado una denuncia ante la Comisión Europea contra Ouigo, busca defenderse de lo que considera una estrategia “por debajo de costes”. Mientras tanto, Ouigo argumenta que su modelo de bajo coste es viable con niveles de ocupación cercanos al 90%.
A pesar de las pérdidas, el Gobierno español planea seguir adelante con la segunda fase de la liberalización del transporte de alta velocidad, que podría abrir el mercado a nuevas operadoras. Sin embargo, la incertidumbre sobre la rentabilidad del sector y las inversiones necesarias, como trenes con rodadura desplazable para adaptarse a los distintos anchos de vía, podría desincentivar la entrada de nuevos actores.
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