La crisis de Norwegian fue muy profunda, al punto de que incluso abandonó su base en el aeropuerto de Arlanda, Estocolmo. La aerolínea, como consecuencia de las pérdidas producidas por su negocio de largo radio (que en cierta forma es el que hoy gestiona Norse), terminó al borde del cierre, salvado por los esfuerzos del gobierno noruego y porque los acreedores, que lo habían perdido todo, aceptaron darle otra oportunidad a la compañía (Norse Atlantic, en pérdidas, devuelve otros tres aviones).
La nueva Norwegian, sin aspiraciones más allá de Europa, adelgazó, se adaptó al momento, y está saliendo adelante. De hecho, aunque vuela a Copenhague y a Estocolmo, hoy Norwegian es en realidad una aerolínea noruega más que escandinava. Ahora, en este proceso de recuperación, reabre la base de Estocolmo, que estará operativa del verano del año entrante.
Suecia, además, tiene un gran atractivo a partir del 1 de julio del año que viene: suprime la tasa sobre la aviación, que encarece los costes.
Geir Karlsen, el director general de Norwegian, explica que tener una base propia en Estocolmo es una ventaja porque hoy los tripulantes han de ser transportados desde otras bases. Inicialmente pretende poner 60 pilotos en Arlanda, entre los 200 empleados que estarán en esa ciudad.
La apertura en Arlanda llega inmediatamente después que la de Las Palmas, donde Norwegian ha reabierto su base.
Lo que se abre es la base para pilotos, para tripulación de cabina la base de ARN lleva abierta a pleno funcionamiento desde el 1 de abril del 2022.