Por Fernando Urrea
Madrid. 14/06/10.- Los últimos datos de ocupación hotelera indican que el nivel es inversamente proporcional al número de estrellas de los establecimientos. Los operadores que envían la práctica totalidad de los turistas británicos a Benidorm y Costa Blanca, por ejemplo, está presionando para la reforma y modernización de la planta hotelera, pero que sea la de 2 y 3 estrellas. En estos segmentos ha aumentado la ocupación en mayo respecto al mismo mes del año pasado. En otro plano, el de los hoteles urbanos de ciudades importantes como Barcelona, Joan Gaspar mantiene que hay que subir los precios en los hoteles de 4 y 5 estrellas, que también han aumentado ocupación en mayo. El hotelero ha acuñado una frase digna de análisis, que dice más o menos: “Si es malo una ciudad cara, peor es un ciudad barata”. Tanto en el vacacional como en el urbano, lo económicamente correcto parece ser la tendencia a subir estrellas, calidad y precios. En las actuales circunstancias parece que todo es regresivo por un problema de supervivencia, pero conviene analizar las cifras a fondo porque pueden aparecen sorpresas. Otra vez el debate sobre ocupación y rentabilidad.
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