Por Fernando Urrea
29/6/10.- El mundo del turismo no deja de sorprender. El cliché que tiene el común de los españoles es que a los turistas que vienen a España solamente les interesa el sol, la playa, la juerga y alguna excursión gastronómica y de naturaleza. Es así en la inmensa mayoría de los visitantes, pero que una estadística oficial asegure que más siete millones y medio de turistas, o lo que es lo mismo, que más del diez por ciento de todos lo que llegan vienen por motivos exclusivamente culturales es una sorpresa interesante. Y se dejan aquí más de seis mil millones de euros anualmente. Es un turista que gasta mucho más que la media. Además, uno de cada tres extranjeros que viajan a nuestro país lo hace por algún motivo cultural aunque no sea el principal objetivo de su viaje. Con esos datos, parece evidente que España, poco a poco, ha ido calando en ese segmento de ciudadanos de fuera que hacen turismo para contemplar y aprender, y que tiene un largo camino de promoción por delante, porque la riqueza patrimonial española es tan ingente que los turistas de motivación cultural tendrán que regresar muchas veces a España si quieren tener un visión global de todo lo que le ofrece en este aspecto. Y la oferta cultural no está limitada a determinadas zonas. Todas las regiones tienen algo que ofrecer en arte, museos, rutas históricas y monumentales, parques nacionales, ciudades patrimonio, etcétera, con la posibilidad de múltiple combinaciones con gastronomía, idioma, tradiciones… Ya se sabía que el interior también existe turísticamente, pero ahora se sabe que genera muchos ingresos y que puede generar muchos más.
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