Por Tomás Cano
23/12/10.- Cuando el viento deja de golpearte con sus olas invisibles, te relajas y tu pasión por volar aumenta, como aumentan los latidos del corazón cuando el viento te lleva donde él quiere. No se para, nunca, porque lo que desea es herirte y si puede te destruye, tal es su naturaleza.
Sudando, con la frente perlada de sudor el piloto se da cuenta de que su valor no importa a nadie, solo el lo limpia con la manga de su camisa.
¿Dónde esta la Gloria? En hacer esto, la gloria es “Flor de Heno”.
¿Por qué le he puesto tanto coraje y valor si no hay gloria? No, no la hay, no la esperes, solo los que escriben la historia sentados en cómodos sillones alguna vez la alcanzan, tal vez porque la desprecian o porque la buscan ya que nunca han visto su frente perlada de sudor, entre el miedo y la angustia.
El avión cargado de medicinas y alimentos se dirige a una misión salesiana, allí donde el mundo no es mundo y la oscuridad acecha al que vive en esas regiones.
El hombre aterriza, se desliza por la pista siempre entre grandes sacudidas, pues la pista es de tierra, hierba y fango. Esperando que el cargamento ayude a lo que él siempre pide que complemente el manto que Dios extiende por las noches y les proteja de sus propias desgracias y enfermedades.
A lo lejos, el piloto ha visto la pista, en medio de la jungla, le quedaban cinco minutos de balancearse con el viento y con la certeza de que su sudor ha valido la pena si con su cargamento hace más fácil la vida de aquellas gentes que respiran amor y fraternidad, que no entienden ni cómo vuela ni por qué, solo que con cada viaje regresa con las bodegas llenas, su sudor habrá valido la pena, aunque cuando llegue y le pregunten su respuesta será la de siempre, que el camino fue bueno, como bueno es lo que llega en su avión. Se olvida del viento, que no vio en su loca carrera, ni hielo, agua o escarcha, él sabe que todo eso le espera al regreso a su casa. Aun así al despedirse nunca deja de decir hasta mañana, cuando en algunas ocasiones piensa hacia sus adentros, sobre todo si Dios quiere.
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