Cuando la inestabilidad crece a tu alrededor

Por Vivi Hinojosa

09/03/2011.- La globalización y las rápidas comunicaciones que nos permiten enterarnos de lo que ocurre en la otra punta del globo sólo con unos minutos de retardo, también tienen su aspecto negativo. Y si no que se lo digan a Jordania. Y éste no es otro que el riesgo de que te metan en el mismo saco que otros destinos próximos convulsos por la inestabilidad de sus regímenes políticos, lo que tiene un efecto casi inmediato en los flujos turísticos. Todos conocemos la fortaleza del sector, capaz de superar desastres naturales y políticos e incluso epidemias y remontar con fuerza, pero también muy vulnerable: al más mínimo riesgo, la demanda cambia de destino y el afectado, con o sin un motivo real, aunque sólo sea por una crisis de confianza, cae.

Esto es precisamente lo que quiere evitar Jordania, para lo que ha llevado a un grupo de periodistas españoles a conocer la situación real que vive el país y demostrar al mercado español que sigue siendo un destino seguro en el que el día a día sigue desarrollándose con total normalidad. Es curioso, pero antes de partir me llamó la atención que incluso colegas de profesión me advirtieran de lo arriesgado tanto de la invitación, como de mi decisión de ir. Mi respuesta era inmediata: muy seguros han de estar de esa situación de normalidad para llevar allí a la prensa. Y puedo confirmar que era así porque lo he vivido en primera persona. Sí, es verdad que siguen produciéndose manifestaciones pacíficas todos los viernes para exigir reformas políticas, pero también lo es el apoyo del pueblo al rey Abdalá, cuya imagen está presente en cada calle y cada edificio público, incluso en los hoteles.

A pesar de la estabilidad que se vive en sus calles, el turismo siente ciertos reparos a la hora de viajar al país y las llegadas se están resintiendo. De hecho, los grupos de españoles con los que nos encontrábamos en nuestro viaje, la amplia mayoría, se habían visto diezmados por las cancelaciones de última hora ante el temor de que pudiera ocurrir algo. Nada más lejos de la realidad. Y sus “valientes” integrantes estaban encantados de haberse mantenido firmes en su decisión de viajar. Esperemos que a partir de ahora la opción de visitar Jordania deje de ser una cuestión de “valentía”.