Apartamento con vistas

Por Fernando Urrea

18/7/11.- Es el verano del apartamento. Quien tiene segunda residencia en la costa o en la montaña y tiene dificultades para tomar vacaciones, pone el apartamento en alquiler. Quien tiene posibilidades limitadas de irse de vacaciones, prefiere el apartamento al hotel porque puede reducir gastos. Quien tiene un apartamento en zona vacacional, incluso urbana o de interior, dedicado al turismo, rebaja el precio del alquiler porque hay demasiada competencia. Ya hay estadísticas de que la demanda y uso de apartamentos ha aumentado casi un 20 por ciento entre los turistas españoles respecto al principio de temporada del año pasado. Se ha vuelto al apartamento con vistas que tanto furor causó cuando eran pocos y satisfacían la necesidad de una familia con muchos miembros y pocos recursos para gastos superfluos. Las condiciones económicas de la población influyen poderosamente en este cambio, en esta vuelta a las vacaciones con trabajo para gastar menos, pero también hay que contar con el alto nivel de reservas de los hoteles por el aumento de flujo hacia España de los mercados tradicionales y de otros emergentes.

Como el número de apartamentos en todas las zonas vacaciones es altísimo, muy por encima de la demanda, como asociaciones hoteleras y autoridades intentan eliminar la parte de mercado negro que hay en esta oferta, como las perspectivas de inversión han quedado limitadas por el ajuste del precio de al vivienda, alguien se han planteado la reconversión de apartamentos particulares en complejos hoteleros reglados.

No se puede explicar que haya iniciativas en este sentido cuando van contracorriente, que en algunas zonas saturadas y en proceso de modernización hay un debate intenso sobre la reconversión de hoteles en apartamentos-vivienda, y nadie lo ve claro. Los sindicatos son los más reacios a que aumente la oferta residencial, que iría en menoscabo de los puestos de trabajo que necesitan los hoteles, pero son conscientes de que hay un techo. Es que en la mayoría de las zonas vacacionales sobran plazas hoteleras, especialmente de pocas estrellas, porque la oferta ha aumentado muy por encima de las perspectivas de demanda. Incluso en zonas donde apenas ha subido el número de hoteles siguen sobrado establecimientos.

Todo ha sido exagerado en los últimos diez años en oferta hotelera y de apartamentos, reglados o no. No hay turistas para tanta habitación. Muchos menos, turistas de los que hacen muy rentable una explotación.