Los hoteleros baleares se ven estigmatizados por la futura Ley autonómica que implícitamente les culpabiliza de los males de sus trabajadores. El colectivo sufre además un plan para dividirles entre grandes y pequeños con el afán de hacerles perder fuerza desunidos. Y junto a ello, se sienten coaccionados porque ante alguna crítica al poder público le suceden represalias administrativas.
La estrategia política de buenas formas con ellos encubre el objetivo de debilitar hasta el mínimo a los principales representantes de una industria para la cual los actuales gobernantes regionales apenas tienen una palabra de elogio. El foco suele ponerse en los defectos, y son ignoradas todas las virtudes que han elevado en sesenta años el nivel de vida de la sociedad hasta cotas inimaginables.
Los hoteleros han venido cayendo en todas las hábiles trampas que unos muy avispados políticos les han ido tendiendo. Han carecido de un plan para rebatir el poso social que les han sembrado en su contra desde la cultura, los medios y la educación. Y han acabado más divididos que en mucho tiempo ante la falta de visión para organizarse y entender el lenguaje político y el de la propaganda.
El miedo y egoísmo se ha apoderado también de muchos de ellos ante una conselleria que junto a Turismo domina las inspecciones de Trabajo. La ausencia de altura de miras para dar prioridad a la unión y a la respuesta de cada uno de ataques al sector ha allanado el triunfo del plan silente para ir dejando al mínimo la fuerza del gremio. Se han dejado engañar reiteradamente pese a ir descubriendo que a los buenos modos les sucedían mentiras, como con el fin de lo recaudado por la ecotasa.
Los hoteleros de las islas no se han preocupado de vender sus méritos en sostenibilidad e inclusividad, y han atestiguado como el Ejecutivo regional ha sido más sagaz para atribuirse esos logros ante la sociedad. Los políticos también se han demostrado mucho más perspicaces a la hora de dividir incluso a los grandes hoteleros entre ellos, sabiendo la tecla que tocar para desunirlos a cambio de apoyos particulares que rompen el consenso.
La cuna del turismo afronta así un escenario propicio para que los actuales gobernantes hostiles al sector encadenen 12 años de mandato. La desunión a nivel nacional también se ha traducido en que de momento se haya marginado a la primera industria del país de un PERTE específico. El punto de partida para revertir esta coyuntura puede pasar porque grandes y pequeños hoteleros cedan cada uno en pos de la unidad, y seguidamente actúen con inteligencia para defender a la industria que sustenta la estabilidad social y los servicios públicos.
.... Solución... No volver a votar a la izquierda balear
Solucion, pienselo bien al votar
Es que algunos son muy cortos de miras, y no piensan en de dónde sale el dinero de sus pagas públicas, Que en realidad se nutren del dinero aportado vía impuestos por los que producen y dan el callo día a día.
Dejad de llorar Hoteleros , siempre igual sea buena o mala la temporada .