Cuando Trump era propietario de una aerolínea comercial en EEUU

Inesperado, sorprendente, controvertido como siempre, este lunes Donald Trump comenzó la semana dándole una lección a Boeing, al tuitear que en su opinión debería solucionar los problemas del 737 Max y cambiarle el nombre. El tuit acababa irónicamente preguntándose “pero que sé yo de marcas” (La idea de Trump para el futuro del Boeing 737 Max: cambiarle el nombre).

Business Insider, la publicación especializada en economía, rápidamente dio una explicación de por qué Trump era irónico: él mismo ha sido propietario de una aerolínea durante unos años, al final de los cuales y tras acumular muchas pérdidas, se desprendió.

Hoy, en la costa Este americana existe un servicio aéreo denominado US Air Shuttle (puente aéreo US) también conocido como American Airlines Shuttle, que opera entre Nueva York, Boston, Chicago y Washington y que es heredero de la aerolínea que fue de Trump en su momento.

Trump dedicó la mayor parte de su vida al negocio inmobiliario, pero entre 1989 y 1992, Trump fue el propietario de Trump Shuttle, que llevaba su apellido por obvias razones. La compañía tenía una flota de aviones Boeing 727 y, como el American Airlines Shuttle, cubría los servicios entre Nueva York, Boston y Washington, sin llegar a Chicago.

La historia de Trump Shuttle. A finales de los años ochenta, tanto Eastern como Pan Am operaban puentes aéreos entre los principales aeropuertos de la costa este americana. En un momento, Eastern cree que aquella vaca ya no daría más leche y decide venderla. El presidente de Eastern, Frank Lorenzo, se encuentra con Trump y negocia la venta de esta parte del negocio de Eastern por 365 millones de dólares. Esto incluía los 17 Boeing 727 que cubrían el servicio así como los derechos de aterrizaje. Trump la compra y decide convertirla en una aerolínea sofisticada, elitista. Trump Shuttle empieza a volar en junio de 1989.

La compañía nunca llegó a dar beneficios porque pronto se produjo la primera guerra de Irak y eso disparó los precios del combustible. Las pérdidas aumentaron y en septiembre de 1990 la compañía se quedó sin dinero y quebró. Como Trump se quedó con los aviones, aún prestó algunos servicios charter, pero nada importante.

La marca y los aparatos finalmente pasaron a otras manos que con el tiempo acabaron como US Air Shuttle, posteriormente integrada en American al absorber esta a aquella.