España cuenta con el sector turístico como único instrumento realista para la transformación de su economía, si su afán es el de ubicarse en la elite mundial en cuanto a capacidades tecnológicas.
El país ostenta el liderazgo global en la industria de los viajes, lo cual supone un punto de apoyo crucial para desarrollar nuevas herramientas que digitalicen su tejido productivo.
Volcarse en el Turismo no debe traducirse como aumentar la dependencia sobre la hoy mayor fuente de prosperidad y empleo, sino aprovecharla como base para revolucionar la estructura desde donde España creará su futura riqueza más diversificada.
Los proyectos innovadores, que empiezan inevitablemente modestos, requieren de un ecosistema de clientes iniciales, y en el país solo las empresas que viven de los viajes gozan de una consistencia suficiente para convertirse en un mercado fiable e inmediato.
Así, tanto por tamaño como por solidez financiera, la industria turística española es la única que puede servir de plataforma desde la cual el emprendimiento tecnológico pueda dar un salto a otros sectores y al extranjero.
La muy amplia red de servicios y aplicaciones que tienen cabida en los negocios de los viajes suponen la mayor ventaja competitiva que suma el país para propulsar a iniciativas relacionadas por ejemplo con la Inteligencia Artificial, el Blockchain, la robótica, la cuántica o el Internet de las Cosas.
España ya exhibe casos de éxito recientes cuando se ha utilizado al Turismo como referencia desde la que han aflorado líderes tecnológicos mundiales en sus nichos, como el bedbank Hotelbeds o el GDS Amadeus.
El país supone desde hace casi dos años una excepción positiva en crecimientos de PIB entre las potencias europeas, entre unas previsiones de todas las instituciones augurando que la tendencia se alargará, y ello gracias a su fuerza como destino de viajes, y también a la red de inversiones a su alrededor.
Sin embargo, las autoridades estatales, que durante la pandemia se cebaron exaltando únicamente los efectos negativos del Turismo, no han alzado la voz esta vez con la meta de reducir una estigmatización a la que contribuyeron decisivamente.
Igualmente, tampoco el gobierno se ha retractado de su decisión de marginar al sector sin un PERTE de fondos europeos que permitiera engendrar una nueva industria del Turismo sostenible, en contraste con lo que sí ha promovido para otros once sectores menores (#perteTURISMO).
La transformación económica de España, así, pasa por renovar su oferta e infraestructura alojativa más madura, tras cerca de medio siglo desde que fuese levantada, y ello bajo el fin de fortalecer un liderazgo mundial en el Turismo desde el cual se pueda estimular la paulatina evolución hacia un nuevo modelo productivo más digitalizado y sostenible.
Censura a todo pastilla, aunque lo van a volver a ser, por eso, por depender mucho del turimo, aunque no solo, España es el país de la UE con la menor productividad, es lo que tiene vender servicios de escaso valor añadido, mucho trabajo, demasiadas horas y escasa productividad. Y seguimos, así, explotando las gallinas de los huevos de oro y mientras tanto el país de Europa con mayor pobreza infantil.....¡Sigamos así!, que vamos por el buen camino. Ahora me censurais, que no conviene que el personal se "desaborregue", es mejor mantenerlo atolondrado, así se manipula mejor. Ale.........censor.