Atención: la oficina de Turismo de Holanda, fundada para promover el turismo en ese país, ha anunciado que dejará de hacer promoción para trabajar en la gestión del turismo que ya tiene el país, que está desbordando su capacidad y que empieza a ser considerado “sobreocupación”. Es el primer caso de un país desarrollado cuya oficina de Turismo decide dejar de buscar turistas y, en su lugar, se dedicará a gestionar los flujos (Holanda: los residentes piden un límite máximo al turismo).
La decisión holandesa está vinculada al anuncio de que el país pasará pronto de los 19 millones de visitantes anuales a los 29, “lo cual no pensamos que sea necesariamente una buena noticia”, indicaron fuentes oficiales del país. Los responsables de la oficina de Turismo indicaron que ha llegado el momento de concentrarse en la gestión del turismo, por lo que desde ahora se van a centrar en controlar los flujos. “Hemos de actuar ahora”, dijeron. “En lugar de promoción del destino, ahora es el momento para gestionar el turismo que ya tenemos”.
Los objetivos centrales son los de llevar los turistas a lugares menos visitados y esparcirlos en momentos del año con menos visitantes. Hoy, indica este organismo público, muchas atracciones comienzan a no ser visitables por el exceso de gente.
El principal problema del turismo de masas está en Amsterdam. Los costes de vivir, los desórdenes públicos, la personalidad de los barrios están cambiando por culpa del exceso de visitantes. Amsterdam pasó de los 11 millones de visitantes en 2005 a los 18 millones en 2016, pese a la subida de una tasa turística creada como desincentivo para las visitas.
Las zonas de los famosos molinos ya no son visitables de tanta gente, igual que muchas plantaciones de tulipanes, saturadas de turistas.
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