Egipto está en crisis turística. Sin embargo, sus operadores locales no se sorprenden. Ya se han acostumbrado a que la elasticidad de su producto sea terrible: pasan de tener una invasión de viajeros, como sucedía en septiembre de este año, a una sequía total, como ocurrió después. Y eso, sin que ocurra nada en el país. O sea, sin que haya ningún riesgo nuevo. Bastan cuatro titulares en los periódicos y el turismo huye (La crisis de Gaza hunde los precios turísticos en Egipto).
Sin embargo, igual que se van, los turistas vuelven. Porque no existe en el mundo nada comparable. La civilización egipcia tradicional es incomparable, insuperable, y por lo tanto al turista no le queda más remedio que volver. Sin darse cuenta de que no ha habido razón alguna para ello.
La historia del turismo egipcio de las últimas décadas es así. Pese a que el gobierno ha destinado todos los recursos del mundo para ofrecer seguridad a los viajeros, aunque su policía no parece precisamente de lo más eficaz. El número de efectivos destinado a proteger al turismo es tan extremado que cualquiera se da cuenta de que en Egipto no hay otro petróleo que el turismo.
Hoy, con la guerra de Gaza, los españoles siguen viajando, pero los americanos y latinoamericanos han desaparecido. Como si en el país hubiera un problema que, evidentemente, no existe (Ralentización en el emisor por la guerra y el miedo a la recesión).
Los viajes desde España y desde varias otras procedencias europeas, aunque se resienten, siguen funcionando, con aviones más o menos llenos, pero con menos frecuencias. Los barcos del Nilo siguen navegando, pero también es verdad que los amarres a lo largo del río están llenos de naves que no pueden operar. Y esos trabajadores se van a sus casas sin ninguna alternativa.
El destino tiene sus particularidades, incluso en comparación con otros lugares de religión musulmana, pero los turistas en todos los casos están absolutamente protegidos. Si algo puede ser molesto es el exceso de seguridad. No obstante, ni siquiera eso impide que el miedo injustificado provoque una caída de visitantes como la actual.
No siempre en el pasado el motivo era irrelevante en Egipto: ha habido atentados, Covid y, sobre todo, un avión ruso fue derribado en la Península del Sinaí, provocando una crisis profunda en los dos grandes destinos vacacionales, Sharm el Sheikh y Hurgada, extremadamente populares en Italia. Pero esta vez están los efectos, no las causas.
Mu3rt3 a Israel
Paz a todos (incluso a Vd.)
Paz para todos (incluso para Vd.)
Egipto es un país fantástico para visitar