Lo más decisivo para salvar a Air Europa: rebajar el precio

La salvación más garantizada de Air Europa depende de que Iberia la compre y para eso resulta necesario que Bruselas rebaje sus requisitos, que el Gobierno reformule las condiciones de devolución del rescate público de la SEPI, pero sobre todo que los dueños de Globalia rebajen el precio.

De los tres requisitos el más difícil parece el de la Comisión Europea, con sus técnicos de Competencia inflexibles aunque se basen en una legislación obsoleta y distorsionada con la realidad actual. Le sigue como más complejo que el Ejecutivo acondicione las exigencias sobre los plazos de entrega del préstamo a la sacudida por las inesperadas nuevas olas. Y así, el más factible se convierte el de una devaluación más acorde al nuevo estado financiero de Air Europa.

La rebaja desde los 1.000 millones inicialmente pactados a los 500 millones se justificó por el aumento disparado de la deuda en una cantidad similar, al sumar los 475 millones del rescate con los 140 millones del préstamo avalado por el ICO, que totalizaban 615 millones. Pese a que la bajada de precio no fue exactamente la misma, a cambio se acordó el pago en 2026.

La postura que en unos días haga pública Bruselas marcará las opciones también futuras de que Iberia contemple de nuevo en algún momento la absorción de Air Europa. Si carece de atractivo ahora, más difícil parecerá en el futuro, habida cuenta de la lenta recuperación del tráfico aéreo que se espera, y en especial para una aerolínea de Globalia que está a la cola en retomar capacidad.

Pero una doctrina dura de la Comisión Europea podría dulcificarse si el Gobierno pone de su parte y la oposición le apoya, y sobre todo si los propietarios de la familia Hidalgo acceden a seguir el mismo principio de que un nuevo endeudamiento debe significar una proporcional rebaja del precio de compra. 

Los dueños de Globalia llevan semanas moviendo por todo el sector turístico y fuera de él la venta de sus hoteles, en cualquiera de las maneras, como viene adelantando ‘Desarrollo’. Con ello pretenden recabar liquidez para evitar que Air Europa deba rogar por un nuevo rescate público que esta vez sería más difícil y que les debilitaría en su intento de mantener su porcentaje de capital.

La caja de Air Europa las pasadas semanas se ha fortalecido con la reapertura de vuelos a Estados Unidos, por lo que crecieron sus posibilidades de aguantar el invierno, pero la deuda con los lessors superior a los 200 millones le complica el margen de actuación.

Air Europa, además, carece de plan ‘b’ en cuanto a que emerja algún candidato dispuesto a pagar tanto como Iberia, que se ha decidido a hacerlo porque con ninguna otra habría más sinergia. Cualquier fondo de inversión o financiero carecería de las ventajas de economías de escala o complementariedad de activos, mientras para otras aerolíneas el escenario sería similar.

Primero, porque solo un inversor europeo podría ser accionista mayoritario. Eso alejaría a chinas, árabes, rusas o estadounidenses. Y entre las continentales, Air France-KLM no podría debido a su rescate, de igual modo que Lufthansa. Pero ambas, además, no le verían tanto sentido estratégico como Iberia que justificase abonar un sobreprecio, porque les supondría abrir un nuevo ‘hub’, sin la ventaja de aprovechar la concentración en un aeropuerto de todo su tráfico.

Una sustancial rebaja del precio para Iberia, por tanto, emerge como la opción que más allanaría la salvación de Air Europa, y evitaría problemas judiciales para sus dueños que podrían adquirir un rango impredecible. Tras recibir el mayor rescate público de la historia, y pese a que Globalia fue condenada por uno de los grandes fraudes al Estado de la historia (el descuento de residentes), conservar un patrimonio todavía valorado en cientos de millones de euros sería una salida muy satisfactoria para la familia Hidalgo.