Booking Holdings, la segunda OTA mundial por volumen de negocio, la primera por beneficios, ha presentado unos excelentes resultados económicos para 2018, pero su valor bursátil ha caído nada menos que un 10 por ciento. Porque la Bolsa no premia el pasado sino las perspectivas de futuro. Y Booking ha dicho que teme que 2019 no vaya a ser tan bueno como el año que acaba. Como el valor de Booking es alto, el anuncio supuso una caída.
La dirección de Booking casi tiene la costumbre de decirle a los accionistas que su negocio es muy frágil y que depende de muchas cosas que pueden ir mal. En cierto modo, su crecimiento está siendo –como en los últimos quince años– tan brutal, que nadie puede creerse que esto continúe por mucho más. Por eso, la dirección siempre advierte de los riesgos. E insiste en ello. La gestión de la compañía es muy buena, su gasto en innovación es elevado, y su política muy cauta. Haber alcanzado el nivel de negocio de Airbnb en el segmento de viviendas no hoteleras es un hito.
Booking Holdings lleva años creciendo a una velocidad impresionante. Recordemos que el origen de esta empresa (que se llamaba Priceline hasta hace poco) fue un fracaso. Priceline pretendía dedicarse a un negocio muy raro: usted daba un precio y ellos le buscaban las vacaciones. Eso es historia, porque tal cual fracasó.
Pero en el interín, compraron un montón de otras empresas, entre las que destaca un modesto portal de reservas hoteleras situado en Amsterdam, Booking, que se convirtió en el líder en Europa y se está proyectando como líder mundial. Priceline/Booking ha crecido sin parar, a tasas increíbles. Incluso ahora. Vean: en el último cuatrimestre de 2018, las reservas crecieron en número un 9 por ciento y la facturación un 16 por ciento, lo cual es increíble en quien lleva años como líder. Así, Booking está hoy valorada en 80 mil millones de dólares. Déjenme que destaque que los ingresos por acción fueron un 78 por ciento más.
¿Entonces por qué bajan las acciones en Bolsa? Porque todo el mundo teme que este ritmo no se pueda aguantar y, por ello, los más temerosos venden.
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