Toledo

Capital de la comunidad castellano-manchega, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Está enclavada en un paisaje singular, sobre numerosas colinas rodeadas por el río Tajo. Antigua capital de la Hispania visigoda, todavía conserva restos del recinto amurallado y puertas como la Nueva de Bisagra, construida por Covarrubias, o la del Cambrón. La catedral es el edificio más representativo de la ciudad, de portada gótica y famosas puertas, como la del Perdón, de la Torre y de los Escribanos. Alberga un bello retablo mayor y un magnífico coro renacentista, el Transparente, obra churrigueresca de Narciso Tomé, la Sala Capitular, con artesonado mudéjar y la capilla de los Reyes Nuevos, con los sepulcros de los Trastámara. El ayuntamiento es una bella muestra de la transición al barroco toledano, de imprescindible visita, al igual que el Palacio Arzobispal y la iglesia de Santo Tomé, en la que se guarda la obra cumbre de El Greco, "El entierro del Conde de Orgaz". Cercano a ella se encuentra el palacio de Fuensalida, sede de la presidencia de la Comunidad y la Casa Museo de El Greco. La ciudad conserva la impronta de la pacífica convivencia que disfrutaron durante siglos árabes, judíos y cristianos. El legado judío se aprecia en el barrio de la judería y en las sinagogas del Tránsito (Museo Sefardí) y de Santa María la Blanca, mientras la mezquita del Cristo de la Luz es fiel testigo de la ocupación musulmana. La ciudad ofrece a sus visitantes la posibilidad de adquirir espadas y labores de damasquinado, una minuciosa técnica de herencia árabe que incrusta oro y plata sobre otros metales no nobles, como el hierro, el bronce o el cobre. Las fiestas del Corpus Christi atraen a numerosos turistas, ya que se celebran con un solemne desfile de autoridades religiosas y civiles, cofradías y órdenes caballerescas, que acompañan a la custodia.

 

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