Molestias físicas producidas entre aquellos viajeros que utilizan el avión en trayectos de más de tres horas. Viene ocasionado tanto por la reducción del espacio como por la presión atmosférica a la que se ven sometidos. Para evitarlo es aconsejable, desde el día anterior al viaje, no ingerir comidas pesadas o bebidas que produzcan gases y realizar leves ejercicios durante el vuelo, lo que evitará la aparición de pequeños trombos.