El diario ABC que dirige mi amigo y extraordinario periodista gallego, Bieito Rubido, publicó el pasado domingo un interesante reportaje respecto a los precios turísticos en España y su comparativa de costes en productos y servicios con el resto de las grandes capitales europeas.
Todo ello vino motivado por la queja de los touroperadores alemanes ante el ministro del ramo Álvaro Nadal -aprovechando la celebración de la Feria Internacional de Turismo de Berlín (quizás la más importante del mundo- respecto a que los empresarios españoles están inflando los precios de hoteles y demás servicios turísticos.
Dejó claro el liberal Nadal que no es una cuestión que competa al Gobierno porque los precios los fijan los empresarios pero que no le parecía a él que dichas quejas (aunque las hagan los serios y rigurosos teutones) estén realmente motivadas y se apoyen sobre la realidad.
Lógicamente, si la demanda crece mayor que la oferta es natural que los precios suban ligeramente que es lo que ha ocurrido. España como destino turístico no tiene la culpa que otros competidores de la zona del mediterráneo -caso de Túnez, Egipto o Grecia, ésta última por otras razones distintas a los de los países del Magreb- se hayan venido abajo por falta de garantías, terrorismo, inseguridades de todo tipo o quiebra de su modelo económico.
Los tiempos en que España era un chollo para los europeos del norte han terminado. A la calidad hay que corresponderla con precio. No hace falta sacar un grado por la Universidad de Tubinga para concluir de esta forma.
El ministro Nadal cerró su intervención ante los decisivos responsables de los grandes touroperadores alemanes recordando que el Ejecutivo del que él forma parte está coayudando a que los precios se mantengan porque recientemente rebajo un 2,2 por ciento las tasas de los operadores aéreos y ello repercute directamente en el precio final de los paquetes que se ofertan a los touroperadores.
EN ALZA
Para esos empresarios a gran escala que son los que deciden finalmente los precios (se pongan como quieran) no es un secreto que el “boom” del pasado año volverá a repetirse en España en el actual ejercicio. No sólo en lo que se refiere al sol y a la playa.
Por ejemplo y sin ir más lejos, Madrid y Barcelona son las ciudades que más crecen en el número de pernoctaciones a escala europea; bien es verdad que por detrás de Londres, París o Berlín. ¡Todo se andará!
Lo dicen las cifras del “European Cities Markéting” que suele ser un ranking muy fiable. Ahora mismo Barcelona está en el quinto puesto de toda Europa por el número de pernoctaciones y Madrid la sexta, a la espera de unos Juegos Olímpicos.
Resulta especialmente llamativa la queja de los touroperadores alemanes respecto al encarecimiento de los precios en España cuando los costes en París, Londres y Berlín están una media de un 30 por ciento más caros que en las dos principales ciudades españolas citadas anteriormente.
CONCLUSIÓN
Pero nunca hay que echar en saco roto una queja del socio. Si los grandes touroperadores alemanes, británicos o franceses se propusieran laminar nuestra primera industria nacional es muy posible que, aún sin conseguirlo, nos harían un buen roto. Sobre todo, si el binomio calidad/precio no se compadece.
Si de lo que se trata de fidelizar los clientes está claro que se tienen que llevar la impresión y aún la sensación de que han pagado menos de lo que se les ha dado.
Por ahora, estamos salvados. Creo.
Se nota que es amigo, para eso están los amigos, para ayudarse, con razón o sin ella. Además no vendría mal revisar la redacción y los errores. A veces, creo, la emoción cuando uno escribe de amigos suele trastocar y alterar el texto y no vendría mal una revision.....
se dice "cuestión que competa al Gobierno", no "compita", señor periodista...
y Magreb, no Mogreb...
y así sucesivamente...
Magnifico articulo don Graciano.
Profunda observación, Don Juan Carlos