Hay hechos objetivos que se producen ya en pleno siglo XXI que desconciertan en todas las ocasiones y en otras sonrojan. No se trata aquí de “politizar” nada, y mucho menos en este papel digital/sectorial de gran predicamento en el sector. Justamente, la intención va justamente en dirección contraria, pero no se puede esconder la cabeza bajo el ala ante el hecho cierto de que hay grupos ya con poder institucional que vienen a poner en almoneda una actividad básica para la supervivencia de la sociedad y que por sí mismo representa el 12 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB), tan sólo unos dígitos menos que lo que representa económicamente Cataluña en España.
Me estoy refiriendo a la izquierda radical, no al centro-izquierda, ni siquiera a la izquierda de la socialdemocracia, pienso en los antisistema y en general a los que desean volver a las cavernas, a la autarquía, al aislacionismo, negando algo que todos los ciudadanos del mundo libre conocen al día de hoy: el turismo, que lejos de ser una maldición en forma de plaga exterminadora, es una conquista de la civilización. Conquista, se pongan como quieran, IRREVERSIBLE. La prueba del carbono: solo Corea del Norte y alguna que otra nación que desprecia el sistema democrático no acuden a las grandes ferias de turismo en cualquier parte del mundo, entre ellas, FITUR en España.
Pues bien, durante este verano que agoniza se ha producido el punto álgido en el debate –hasta que llegaron los atentados de Cataluña- sobre lo que se ha dado en llamar “turismofobia”. Si se analiza con unas mínimas y objetivas premisas se determinará –objetivamente, insisto- que los que pusieron en el punto de mira la llegada masiva de turistas a España tienen un común denominador: chapotean en la izquierda extrema e incluso llegan a poner en cuestión el propio mercado y aún más, la dinámica turística que inunda el mundo.
Ya hemos escrito en ocasiones diversas que nadie en su sano juicio puede obviar algunos de los “excesos” que se producen en la industria turística española; sobre todo, los “excesos” de algunos de los que nos visitan. Evidentemente que hay que corregirlo. Pero de ahí a cuestionar la dinámica imparable en sí va un trecho. Curiosamente, la “turismofobia” se produce en aquellos territorios –Cataluña, Baleares, País Vasco-donde gozan de esa bendición que representan los millones de turistas que eligen esas tierras y mares como destino.
En Barcelona, el gobierno municipal de la señora Colau ha dejado claro su posición; en Baleares el conglomerado que gobierna las islas vuelven a las andadas con nuevas ecotasas y en el País Vasco los hijos batasunos que todavía perviven también han organizado algaradas en contra de los turistas. ¡Ellos verán! Ya me dirán los medianos y pequeños empresarios qué piensan de ello porque en general suele ser un colectivo “silencioso” y aún “silenciado”. No viviré para verlo pero no puedo dejar de reflexionar acerca de qué supondría Cataluña, Baleares y País Vasco sin el flujo turístico. ¿Qué panorama tendrían? ¿Qué futuro les aguarda? Ni ellos mismos lo saben. Lo que sí conocemos es el desbarajuste fraticida que nos dejan contemplar esos grupos que sólo tienen claro esto: destruir lo que hay sin presentar alternativas posibles y viables.
LA PROPUESTA O´LEARY
Mientras se alzan ya algunas voces alertando que las gordísimas vacas pueden perder carne a corto plazo si se continúa con el acoso (este se produce desde los ataques directos pero también desde la irresponsabilidad cobrando por lo que no se ofrece (es el caso de la agencia Expedia) hemos leído una interesante propuesta del “genio irlandés” Michael O´Leary, propietario de Ryanair, en el camino de potenciar la España interior y rural. Ya sé que es fácil ni ese cambio de modelo es cuestión de horas, ni días, ni semanas, ni siquiera años. Pero habría que comenzar a poner las primeras piedras.
Resumiendo: para creer en el futuro del sector turístico español –la segunda potencia mundial en número de visitantes y la primera en el ratio habitante/visitante- antes que hay que creer en la iniciativa privada. Para creer, sostener y mejorar la primera industria nacional antes hay que creer en la libertad de empresa. Porque si se piensa que todos los empresarios y emprendedores son unos ladrones sin alma –alguno existe, sin duda- lo mejor es que apagamos la luz y echemos la persiana.
De ahí que sigue siendo muy interesante y aún perentorio que supiéramos lo que los jefes de estos grupos políticos piensan claramente de lo uno y de lo otro. Claro, que también nosotros deberíamos exigirlo. No cuesta dinero…O va a costar mucho.
¿Qué tal el pago de los 20.000 euros a Aznar por vulneración al honor que tuviste que pagar, Graciano?
Vaya artículo de opinión más lamentable, menos mal que no se trataba de politizar... con ese titular empieza bien el hamijo.
Al Señor Graciano Palomo, el tan liberal, supongo que un alarde de "grouchismo marxismo", es un gran partidario, en la España interior de tirar de dinero puúblico en subencionar con cantidades millonarias, en subvencinar la "Reina del Low Cost", cuando está mas que demostrado que en aeropuertos como Santander, por ejemplo, los mayores clientes son vallisoletanos y sobre todo vascos, que viajan "subvencionados" con dinero público. Otra gallo es en las zonas "super turísticas".... Y ya que el Sr. Palomo es un periodista bien informado -se lo reconozco- le sugeriría que se informara e informara cuanto dinero se gastan en algunos aeropuertos, ej. Santander, y cual es la relación entre los que van y los que llegan, y cual es el impacto por ejemplo en Cantabria, sobre la inversión anual realizada. Se podría decir de Zaragoza, Vitoria, Valladolid, etc. Y por cierto en el P. Vasco, el porcentaje del turismo en el PIB si no recuerdo mal es del 5%... Podría vivir perfectamente sin él, es marginal sobre el total del PIB....lo siento señor Graciano, son datos..... Un saludo
Se te ve el plumero Graciano....
Un segundo. Voy al baño.
En vez d eladrar y menospreciar a quienes opinan de un modo distinto al suyo (que parece ser que es el único válido) analice por que cada vez mas y mas gente quiere que se controle el número de turistas que llegan a nuestras tierras. Usted se ciega en Podemos y compañía, pero no analiza la problemática.
Es lo que suele hacer gente paleta y palurda, que los hay y muchos, pero de alguien debidamente informado y formado, es raro de ver.
Los turistas son una bendición. Pues claro, el problema es el número de tursitas que llegan, y la presión que ejercen en los centros turisticos. Sobrepoblación, falta de recursos para limpieza, seguridad, aumento del costo de vida a niveles insoportables para la clase media (si es que queda alguien en esa clase a día de hoy)...
Pero claro, la culpa es de la izquierda, no de la derecha que ha gobernado esos territorios durante décadas, y son los principales culpables del problema actual.
La ecotasa se paga en toda europa, y no pasa nada. Este año ha habido ecotasa, y hemos batido records en baleares. Dejen de engañar a la gente, que ya nadie les cree.
Por eso, entre otras cosas, cada vez mas gente piensa que mejor ir a nuestro aire, sin imposiciones inútiles y centristas desde Madrid.
Para Alvaro,creo que no ha leído usted el artículo en toda su extensión y también creo que el único que ladra es usted y también creo que es usted uno de estos de extrema izquierda que defiende lo indefendible.
Saludos
Espala esta llena de historia y riqueza artística, Eso debe potenciarse, como lo hace Italia y Francia, y en nuestro país existe muy variada oferta de alta calidad,en manos de pequeños empresarios autónomos que luchan pir ella con poco apoyo de la Administración.
Un ejemplo es el Camino de Santiago, patrimonio de la UNESCO, en el que sin ningún rubor, y usando como excusa la construcción de ka Autovia del. Amino de Santiago, van a cambiar el recortido del mismo, haciendo que vaya oaralelo a ka carretera! Pero donde se ba visto semejante desmán? A quien ke interesa? Quien se beneficia? Kes aseguro que los peregrinos NO, no les gusta caminar junto a u a carretera pir lo wue optan en saltarse un gran tramo de hustoria y viajar en bus hasta un punto cercano al fin del mismo!
Es así como creamos turismo de nivel, interesado en nuestro patrimonio, historia,etc?
Sinceramente no lo creo. Y ustedes?