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EDICIÓN ESPAÑA

LA CRÓNICA DEL FIN DE SEMANA | Vigo, el último caso en una lista interminable

Pese a la crisis, España se mantiene fiel a las subvenciones aeronáuticas

Para un gestor de compañía aérea, atender a los políticos puede ser una fuente de ingresos de primer orden
La subvención debilita la capacidad competitiva de la compañía, dejándola a merced de quienes sí controlan costes

Vigo subvencionará a Volotea con 363.000 euros

Continuando con la caótica política aeronáutica española, que nos ha llevado a quedarnos sin líneas aéreas propias o con algunas empresas que sobreviven porque tienen respiración asistida, el ayuntamiento de Vigo acaba de aprobar una subvención de más de 300 mil euros para Volotea, una línea aérea que, a cambio, deberá ofrecer servicios en el aeropuerto de la ciudad.

 

Vigo se suma así a una interminable lista de instituciones públicas que han generado un caos en la aeronáutica española y que, sin salir de Galicia, cuenta con antecedentes en La Coruña o Santiago. Se trata de políticas que convierten en imposible saber el precio verdadero de un vuelo y, en consecuencia, eliminan la idea de competencia justa entre proveedores.

 

Lo que hace Vigo es totalmente inaceptable, pero frecuente en nuestras instituciones, preocupadas por mostrar a sus ciudadanos que ofrecen los enlaces aéreos que les dan oportunidades para el futuro, para el crecimiento, etcétera. Ya me dirán qué diferencia hay entre volar desde Vigo o desde Santiago, apenas a una hora en coche. Lo mismo que ocurre en Cataluña (Gerona, Barcelona y Reus, a poca distancia), en Valencia, el País Vasco o, en menor medida, Andalucía.

 

Hay varias razones para oponerse a estas subvenciones. En primer lugar, porque hacen que los ciudadanos que no viajan tengan que financiar con sus impuestos (o más habitualmente con la deuda de las instituciones, que algún se traducirá en impuestos) a los que usan el avión. Quien opta por el bus, generalmente gente de menor poder adquisitivo, paga fiscalmente a quienes optan por el avión, frecuentemente personas de más poder.

 

En segundo lugar, son injustas porque alteran el mercado y hacen que a un gestor de compañía aérea le sea mucho más rentable invertir en 'contactos' políticos que le sitúen cerca de las subvenciones que no en mejorar la relación precio-calidad, clave de la competitividad. Por lo tanto, nuestras aerolíneas no tienen que cuidar tanto qué ingresos secundarios obtienen del cliente, ni si pagan un poco más por un servicio, sino que se deben centrar en los contactos con los políticos. Este asunto no es menor: tiene gravísimas consecuencias cuando entra un competidor de fuera del entorno y resulta que, porque no ha vivido en el mismo ambiente, con los años ha logrado una estructura de costes y de eficiencias que lo convierte en mucho más competitivo.

 

Si hubiera un mercado trasparente, no alterado por las subvenciones, las líneas aéreas operarían allí donde hay un número de pasajeros suficiente para hacer rentables sus vuelos. Si hubiera un mercado trasparente y no un monopolio aeroportuario político, donde los criterios operativos vienen fijados por los votos que se pueden obtener, muchos aeropuertos ni se hubieran planeado porque no tienen ninguna posibilidad de ser rentables.

 

Cada vez que se plantea este asunto, en España buscamos amparo en ejemplos foráneos. Y es claro que en el extranjero hay ejemplos para todos los gustos. Por supuesto que también hay quien manipula e interviene, pero nuestro riesgo competitivo no viene de estos casos sino de aquellos países y entornos en los que el político no se entromete. Recuerdo el caso del cierre de Flyglobespan, una aerolínea escocesa de cierta importancia, que caía pocos meses después de la desaparición de su rival regional, Air Scotland. Nadie intervino, nadie puso dinero. Hoy, media docena de otras compañías han reemplazado a las desaparecidas, con una propuesta que evidentemente es competitiva. No me puedo imaginar que en una autonomía española cierren dos aerolíneas locales sin que sus dirigentes intervinieran de la forma que sea, para salvarnos del desastre, haciendo exactamente lo contrario de lo que nos prometen. Hoy, por ejemplo, la batalla de subvenciones entre Asturias y Cantabria, para mantener sus aeropuertos artificialmente operativos, es simplemente alocada, con un río de millones perdidos y un mercado totalmente alterado.

 

En todo el negocio aeronáutico español hay un variable contaminadora: la política, que no se rige por la rentabilidad económica sino por los votos. No es lo único que está descontrolado, pero probablemente sea lo más llamativo. Por este motivo, todos los alcaldes y presidentes de autonomías venden a sus ciudadanos que se merecen el mejor aeropuerto del mundo porque supuestamente ahí fuera hay millones de viajeros interesados en volar a ver las maravillas de la región que es la mejor, si no fuera que está aislada. ¿Qué rival electoral se puede oponer a este planteamiento? Nadie. Esto equivale a una carta blanca para el intervencionismo más burdo que a medio plazo acaba como estamos viendo: con un sector aeronáutico totalmente incapaz de competir, porque ha crecido con una cultura en la que la política ha alterado las referencias.

 

Uno creía que esta crisis económica era el momento para empezar de nuevo, pero parece que aún no estamos preparados. Habrá que esperar un poco más, pues.


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    7 Comments
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    Yo y mis impuestos
    11 años

    Cito:
    "...Vigo se suma así a una interminable lista de instituciones públicas que han generado un caos en la aeronáutica española y que..."

    Las subvenciones crean el caos en la aeronáutica española. En fin , si no lo leo en este medio no llegaría nunca a deducirlo, como la velocidad y el tocino, ¡vamos! Y yo no soy partidario de las subvenciones. Pero de ahí a que expliquen el porqué del color del cielo...

    Aquí el problema es el pistoletazo de Salida quien ha empezado. Ya se sabe si el mercado se desestabiliza, con las subveciones, la única manera de volver a equilibrarlo es que todos subvencionen. Sea en Galicia o en Canarias.

    Guanche,agulo
    11 años

    Air nostrum ahora e iberia de los 60 a los 90 son las compañias mas subvencionadas del mundo occidental.

    WestinBonaventureL.A
    11 años

    Y Binter la numero 3 por culpa de Corrupcion Canaria y Paulino el cacique.

    Detras de una subvencion siempre hay un politico corrupto
    11 años

    .

    Susito
    11 años

    En el caso Gallego fue la propia Xunta la que empezo la "guerra". Subvencionar a Ryanair desde Santiago fue un golpe casi mortal para La Coruña y Vigo, los dos polos economicos de Galicia tenian la obligacion de reaccionar. Recordar que si Vigo esta a una hora de Santiago tambien Santiago esta a una hora de Vigo, con la diferencia de que Vigo tiene una poblacion de trescientos mil habitantes y Santiago apenas llega a los noventa y cinco mil. Caso identico si nos referimos a La Coruña.

    A Susito de Jesús
    11 años

    por favor si analizas, analizas con un poquito de capacidad, a ver que nivel receptivo tiene VGO y LCG en nunero de visitantes en general (a nivel de trabajo y a nivel turistico) cuando me digas las cifras reales, hablamos de los aptos. Ademas de que una hora de distancia hace que no sean aeropuertos locales, si se hacen con una conexion rapida, SCQ es para casi toda Galicia o por lo menos para el eje atlantico. VGO y LCG esta demostrado que nunca seran rentables, son datos objetivos, y quien este en contra es puro localismo (hablo desde LCG). Saludos

    harto de abusos
    11 años

    ¿libre mercado?, ja,ja,ja...., no hay un centimo, pero para segun que amiguitos no faltan recursos.

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