Los siete años de retraso en la finalización de las obras de construcción y puesta a punto de sus instalaciones del Palacio de Congresos de Palma pueden haber representado para Mallorca y su capital la pérdida virtual o, dicho con mayor rigor, el no ingreso de cientos de millones de euros. Una estimación precisa de los ingresos no obtenidos no es sencilla, porque las previsiones efectuadas en 2007 se realizaron justo antes del inicio de la crisis financiera.
No obstante, es posible hacer una aproximación en base a los cálculos que en su día –año 2007- proporcionaron los entonces representantes del Ayuntamiento de Palma y del Gobierno balear cuando hicieron la presentación de las líneas maestras del entonces proyecto, así como de las previsiones económicas que manejaban, como proyecciones de futuro, en base a datos del Mallorca Convention Bureau.
Según difundió el Gobierno de las islas, en 2006 había habido unos ingresos de 39 millones de euros por eventos celebrados en territorio insular, con 82.000 participantes en más de 2.000 reuniones, incluidas convenciones. El mencionado Mallorca Convention Bureau estimaba que en 2006 se había producido un incremento del 16 por ciento sobre el año precedente (2005). Los principales mercados de procedencia de los participantes fueron el resto de España (45%), Alemania (29%) y Reino Unido (15%), y el 11 por ciento entre los otros emisores.
La previsión efectuada en 2007 indicaba que los ingresos generados en actividades congresuales se triplicarían al llegar a 2010, hasta ser de unos 115 millones de euros en el momento previsto de entrada en funcionamiento de la nueva infraestructura congresual. Y se proporcionó la cifra de 75 millones de euros anuales de ingresos no obtenidos por cada año de retraso en su apertura. Por lo tanto, en total más de 500 millones de euros en los siete años.
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