Por Marga Albertí
Palma. 9/2/11.- El sector turístico balear reclama a la Unión Europea que se simplifiquen las cargas burocráticas y se armonicen las distintas normativas, y que cualquier iniciativa legislativa incluya un estudio que evalúe su impacto sobre el turismo. Son algunas de las reivindicaciones expuestas esta mañana por los principales agentes turísticos ante una delegación del Consejo Económico y Social Europeo (CESE), que ha celebrado en Palma una reunión de trabajo. Según Javier Abadía, director general corporativo y de Recursos Humanos del Grupo Barceló, el exceso de burocracia conlleva un elevado gasto de recursos y la dispersión normativa merma la calidad y la rentabilidad. Abadía propone una simplificación de los visados vinculada a una campaña promocional en mercados emergentes que presente a Europa como un destino amable y acogedor.
Miquel Puigserver, presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Actividades Marítimas, ha criticado que la ley que obliga a los puertos a autofinanciarse provoca situaciones “próximas a la especulación”, ante la gran demanda de amarres y la urgencia de recursos para financiar la infraestructura. Se ha referido también a la necesidad de eliminar el impuesto de matriculación al chárter náutico y de aplicar a este sector un Iva reducido, a semejanza del propuesto para hostelería y restauración.
La sesión de trabajo del CESE ha tenido una vertiente pública, organizada en torno a dos mesas redondas bajo un mismo lema, “Europa, primer destino turístico del mundo”, y una posterior reunión a puerta cerrada para elaborar el dictamen que el organismo hará llegar a la Comisión Europea, incluyendo las recomendaciones hechas por los participantes durante las ponencias. Ha tenido lugar en la Cámara de Comercio y ha sido inaugurada por Juan Mendoza, presidente del Grupo de Estudio sobre Turismo del CESE, acompañado de la alcaldesa de Palma, Aina Calvo; la consejera balear de Turismo, Joana Barceló; la eurodiputada del PP Rosa Estarás; y el presidente de la Cámara, Juan Gual.
Durante la jornada no han faltado críticas a las “alarmas injustificadas” que en los últimos meses han comprometido el tráfico turístico en el continente, y a los riesgos que conlleva Europa como marca turística única. Sobre este último aspecto la postura más crítica ha sido la de Juan Cabrera, presidente de la Asociación de Restauradores de PIMEM, que asegura que las autoridades de Bruselas “despiertan tarde al fenómeno turístico” y ha subrayado su temor a que la marca única ahogue las identidades regionales. “Los destinos no son todos iguales –ha advertido- y corremos el peligro de perder nuestra idiosincrasia”. A su juicio, en este camino podrían quedarse los seis millones de turistas que cada año vienen a España por su gastronomía, el esfuerzo que ha costado introducir en el menú del visitante el jamón de Jabugo o el tirón de las corridas de toros.
Lorenzo Bravo, secretario general de UGT-Baleares, ha destacado la necesidad de poner límites al turismo residencial en un momento en que las camas hoteleras no pueden crecer más, y de extender la campaña de turismo senior europeo a otros países y otros colectivos como herramienta clave para prolongar la temporada. Otros participantes han sido Mariano Sacristán, presidente de TurisTEC; Silvia Riera, presidenta de la Agrupación Empresarial de Agencias de Viajes de Baleares; y Miguel Payeras, gerente de Balears.t.
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