Â
Por Vivi Hinojosa
Madrid. 31/12/2009.- La consigna es clara: todo vale con tal de anticipar las reservas. Una vez que el cliente, en estos tiempos en los que más que nunca miramos el bolsillo, ha aprendido bien la lección de que la espera para adquirir su producto turÃstico, ya sea billete, estancia o paquete, tiene su recompensa en forma de precio más barato, proveedores y distribuidores continúan esforzándose en reeducarlo para que adelante su compra. No siempre lo consiguen. Y es que a esta lección aprendida se suma la incertidumbre del personal sobre la conservación de su puesto de trabajo o su disponibilidad económica. Y aunque parece que miramos 2010 con más optimismo, también es cierto que preferimos seguir reduciendo nuestros gastos como medida de precaución ante lo que se nos puede venir encima en los próximos meses.
Ante este panorama, las empresas del sector insisten en que no hay nada mejor que adelantar la reserva para poder planificar adecuadamente sus recursos y ofrecer asà un mejor servicio, además de ser la mejor manera de que el cliente se asegure su plaza en el destino deseado. ¿Pero qué pasa cuando la elección de destino depende única y exclusivamente de su precio? Pues que el resabiado consumidor prefiere seguir esperando para conseguir la mejor oferta. Lo peor de todo es que esta tendencia se está consolidando en el mercado y, a pesar de los esfuerzos de los empresarios, parece que ha venido para quedarse. De hecho en 2010 seguirá siendo la reina de la fiesta ante la impotencia de unos y otros. Por cierto, feliz año. A ver si éste, de verdad, es el de la recuperación.
Preferente.com Diario para profesionales del Turismo