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Por Jonatan Serrano
16/07/09.- La época adolescente de un ser humano se caracteriza, principalmente pero no de forma exclusiva, por ser un tiempo donde la confianza en uno mismo alcanza grados absurdos, cuando uno se cree omnipotente y casi omnipresente y se vive en la idÃlica creencia de una falsa indestructibilidad. Vamos, en roman paladino que dirÃa mi abuela, que nos creemos los más chulos del barrio y con derecho a hacer poco menos lo que nos da la gana. 'Ya soy casi un adulto', pensamos ingenuos. Pues bien, Estados Unidos es en la actualidad el adolescente más gigantesco del planeta, un paÃs que tiene tres dÃas y medio de vida pero con una desbordante confianza en su criterio que resulta en ocasiones insultante. El último ejemplo es la sanción impuesta a una aerolÃnea española por comerciar con Siria, paÃs que los yanquis consideran un pilar dentro del pomposamente definido como 'Eje del Mal'... o casi. Como adolescente que son, los USA están convencidos de tener la absoluta razón y con derecho a aplicar todos los instrumentos a su alcance para demostrar que asà es, le pese a quien le pese y sin consultar al vecino. Igualico al tÃpico matón de clase que al ser el más grande y tener los músculos más desarrollados impone su ley, por muy absurda o egoÃsta que ésta sea.
Lo más sangrante de todo es que a un paÃs soberano como España, con sus autoridades elegidas democráticamente al frente, se lo ha pasado por el forro de sus caprichos. Si el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio español recomendó volar a la aerolÃnea sancionada a dicho ese paÃs de Oriente Medio, ya que el aparato es de soberanÃa española y no incumple ninguna ley de comercio internacional, ¿quién narices son los Estados Unidos para ir sancionando a diestro y siniestro a empresas extranjeras cuyas operaciones han recibido el visto bueno de sus gobiernos soberanos? Ah, claro, se me olvidaba, son el Séptimo de CaballerÃa. Ver para creer...
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