Cuando más duela

Por Fernando Urrea

Madrid. 3/12/10.- Estaban muy callados. Quizá no era conveniente para sus intereses plantear conflictos simultáneamente con los controladores, pero ahora que este último colectivo de empresa pública está aparentemente callado, aunque con reivindicaciones latentes, llegan los pilotos y los trabajadores de AENA, para anunciar que paran por Navidad. Los pilotos no han tenido tiempo durante todo el año para denunciar ese presunto incumplimiento del Ministerio de Fomento, que no ha sacado unas normas o una ley que regule los tiempos de trabajo y descanso de las tripulaciones. Ocurre que hay una normativa internacional que cada Estado debe adaptar y España no lo ha hecho, aunque, al parecer, estaba de acuerdo con el sindicato de pilotos en que el documento europeo que regula el descanso de las tripulaciones, si se aplicara en España, sería regresivo porque incluye una situación de mínimos considerada inaceptable. Porque algo tienen que decir también las empresas que pagan a los pilotos. En cualquier caso, tiempo han tenido para llegar o no a acuerdos con Fomento, para exigir que se regule trabajo máximo, descanso y prevención de fatiga.

Parecido es el caso de los trabajadores de Aena que planean paros para manifestarse contra la privatización del ente público, una privatización de la que se lleva hablando más de un año y que era vox populi que se daría. Tiempo han tenido también para manifestarse en contra de esta operación. Pero no, quizá no era bueno para ambos colectivos airear los conflictos ante una opinión pública muy sensibilizada. Y plantean las huelgas, como antes, como siempre, por Navidad. Donde y cuando más duele.