Dudas sobre el ‘Hollywood murciano’

Por Raúl Huerta

Madrid. 16/09/10.- Esta semana se ha conocido que Paramount ha dado su visto bueno al desarrollo de un parque temático en Murcia. Ha dado el visto bueno, pero también ha dicho que no pondrá un euro para el mismo, que ellos ya se juegan la imagen y que el dinero debe salir de otros bolsillos. Los derechos para construir el parque se los ha quedado la empresa Santa Mónica Financial, propiedad de Jesús Samper, presidente del Real Murcia C.F. cuyo móvil debe de echar humo estos días, ya que todos los municipios murcianos quieren que el parque se ubique en su territorio.

La postura de Paramount es muy cómoda. Ellos cobrarán X dinero por permitir al parque usar su imagen y ya está. Si luego va mal, se lavarán las manos, no es su problema, y dudo mucho que eso penalizara su imagen. El sí al proyecto suena a búsqueda de dinero fácil. Si realmente creyeran en él, invertirían. Pero es difícil creer en que un desarrollo así puede ir bien tras las experiencias de Terra Mítica, del Parque Warner de Madrid o del sevillano Isla Mágica. Se trata de tres parques con pérdidas millonarias y cerca de núcleos de población mucho más grandes que Murcia, por lo que si estos no han ido bien, no veo porque debe triunfar el Hollywood murciano.

La enorme inversión que supone un desarrollo de este tipo, más las infraestructuras adicionales (se habla de crear entre 15.000 y 20.000 nuevas plazas hoteleras) hace que la amortización sea muy a largo plazo, y no está el panorama para aventuras arriesgadas hoy día. Yo lo veo más como un caso de ‘fiebre dubaití’. Es decir, los empresarios españoles no quieren quedar por debajo de esos jeques árabes que construyen pistas de esquí en el desierto o islas artificiales en el mar. Cuando imaginan un proyecto lo hacen a lo grande, y ven rápidamente montones de hoteles, y de montañas rusas llenas de turistas, todo con música de Indiana Jones de fondo. Y no se les pasa por la cabeza ni un segundo que puedan fracasar. Ójala se cumplan sus previsiones, sería bueno para todos, pero yo no puedo imaginarlo; el virus de la ‘fiebre dubaití’ no me ha atacado y sólo veo castillos en el aire.