Por Marga Albertí
18/8/10.- Quienes defienden que la reciente supresión de la Secretaría de Estado de Turismo no conllevará una rebaja de las políticas de Estado referidas al Sector tienen ahora una buena oportunidad de demostrarlo. El Consejo de Ministros dará a conocer el próximo día 20 si mantiene o elimina las 200.000 plazas extras con las que en 2009 amplió el programa de turismo social del IMSERSO para combatir la crisis turística. La expectación es máxima, dado que de ello dependerá que muchos hoteles sigan abiertos o cierren en temporada baja, hasta tal punto se ha convertido en crucial un programa que aporta cada año un millón de turistas invernales. Al Gobierno debería bastarle con escuchar los mensajes apocalípticos de los principales touroperadores extranjeros para entender que las plazas de este importante mercado interno deben mantenerse, si no incrementarse aún más, para luchar en mejores condiciones contra un invierno que se presenta frío. Un programa que ha demostrado ser rentable para todos -incluido el propio Estado, que cada año recupera con creces la inversión- nunca debería ser cuestionado. En cambio, no se justifica la ampliación a 111.000 plazas del programa de turismo senior europeo, que en su primera edición sumó apenas 45.000 usuarios finales de los 80.000 posibles.
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