El maestro

Por Tomás Cano

Palma. 13/09/10.- Cierta vez hubo un rey que pensó que si el supiera siempre el momento en que es preciso comenzar cada obra, con qué gentes hay que trabajar, con cuales no y, principalmente, si supiera siempre qué negocio es el más importante, entonces jamás tendría contrariedades. El final de este cuento de Tolstoi nos deja la siguiente enseñanza: “así pues acuérdate de que el tiempo más oportuno es el único inmediato, y es el más importante, porque es solamente en tal momento cuando somos los amos de nosotros mismos; y el hombre más necesario es aquél a quien se encuentra en ese momento”.

Yo personalmente tuve la suerte de encontrar a ese hombre y como yo otros muchos compañeros de profesión, el cual nos enseñó a todos a hacer el bien y a hacerlo bien.

Su nombre puede que no diga nada a muchos, pero ha sido un hombre importantísimo en el desarrollo del transporte aéreo de este país. Miguel Gómez Moreno, podemos decirlo sin temor a ruborizar a nadie, el impulsor del handling. Si, han leído bien, cuando sólo había o existía una sola compañía aérea con monopolio del handling, tuvo la visión de crear en Air Europa, la división de handling con la intención de que en un breve espacio de tiempo se convirtiera en el segundo operador en España, y a si fue por eso este cuento de Tolstoi me inspira hoy a hablar de quien fue mi Maestro y de otros muchos del sector aéreo español.

Se ha retirado sin medallas ni oropel, pero con el orgullo de haber creado miles de puestos de trabajo y aunque a él le cueste aceptarlo, de habernos enseñado como se hace un trabajo bien hecho.

Por suerte quedan tras él otros muchos como Juan Sánchez, Juan Murciano, Adolfo Rodríguez, Miguel Oliver, Ofelia Montero, Rafael Llompart, Gaspar Llinás, Víctor Siverio, José Miguel Reina, Félix Martínez y un largo etcétera, y que ruego me perdonen si me olvido de mencionarlos a todos en estas letras, pero todos ellos son los nuevos maestros en el handling español y el transporte aéreo.

El cliente de una línea aérea no recuerda las caras de las personas en primera línea durante la facturación de su equipaje o billete, salvo cuando hay un problema, pero detrás de cada uno de ellos hay un maestro y hoy quiero rendir homenaje en especial a todos ellos y con un profundo agradecimiento a Miguel Gómez Moreno.

No le habrán dado ninguna medalla pero sabe que tiene el reconocimiento de todos aquellos que tuvimos el honor de ser sus alumnos. Solo espero que hayamos sido todos unos verdaderos discípulos, porque solo el verdadero discípulo es el que supera al Maestro.