El transporte como objetivo

Por Fernando Urrea

Madrid. 22/09/10.- Los sindicatos están negociando ya con el Gobierno los servicios mínimos para la huelga general prevista para el día 29. Saben los sindicatos que este paro no es oportuno por las circunstancias económicas, es impopular y no cuenta con apoyos masivos en el mundo laboral. Pero como se sienten en la obligación de hacerlo, saben que para que la huelga tenga efectos visibles y cuantificables en las primeras horas de la mañana no tienen más remedio que intentar paralizar los medios de transporte masivo en las grandes ciudades, fundamentalmente metro, autobuses urbanos y trenes de cercanías, además de piquetes y entorpecimiento del tránsito de automóviles privados y de reparto. Es la estrategia de ocupación urbana para paralizar a la población laboral y sembrar la confusión entre los ciudadanos. Curiosamente, tanto UGT como CC OO no han hablado aún de la incidencia prevista en el tráfico aéreo doméstico, pero quieren que no se produzca ningún movimiento internacional. Tampoco especifican si van a centrar sus acciones de inducción al paro en las compañías aéreas españolas o también van a intentar paralizar los vuelos de compañías extranjeras. Esa incertidumbre es nefasta para los planes de miles de ciudadanos extranjeros, viajeros y turistas, que no tienen por qué soportar los problemas internos de un país en relativa huelga general. Queda una semana para el paro, pero ya es momento para que el Gobierno se pronuncie y garantice legalmente que la inmensa mayoría de los vuelos nacionales no van a ser cancelados, sobre todo los enlaces isleños, y que los vuelos internacionales se van a respetar íntegramente. El turismo no está para soportar otro día en blanco.