Por Fernando Urrea
Madrid. 23/02/11.- Hacía tiempo que el año turístico no arrancaba con la fuerza del pasado enero. Casi un 5 por ciento más que el mismo mes del año pasado, aunque las estadísticas no indiquen cuántos de los 2,66 millones de turistas han llegado a España desviados por los problemas en el Magreb. Los datos pueden estar contaminados por la revuelta en Túnez, a mediados de enero, que sí influyó en segunda mitad del mes en el flujo a Canarias, pero no está tan claro que el efecto Egipto se reflejara en la afluencia de turistas a España porque los disturbios y protestas empezaron muy a final de mes. Mubarak aguantó hasta el 14 de febrero. Y, actuando un poco como abogado del diablo para que los números no impidan ver todo el panorama, hay un elemento especialmente negativo en el retroceso del mercado de Reino Unido, hasta un 5,5 por ciento. O sea, más de medio punto respecto a lo que ha aumentado la entrada total de turistas. El punto positivo, que se confirma la recuperación de mercados tan fundamentales como el alemán, el italiano y el procedente de países nórdicos. Esto pinta bien porque descontando el efecto de las revueltas en países mediterráneos africanos y de la caída relativa del flujo británico, las cifras confirman que esta va a ser la temporada de la recuperación y consolidación de una tendencia de crecimiento no espectacular pero sí sostenido. Y, lo más esperanzador, es que también puede ser el ejercicio económico de la recuperación de la rentabilidad porque aumenta el gasto de los que llegan. Eso es lo importante. Más que el número de llegadas.
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