Por Gabriel Hilton
La cadena hotelera de Ruiz Mateos no cesa de adquirir hoteles, pero en su mayoría son de categoría inferior o presentan un estado calamitoso a pesar de contar alguno de ellos con categoría de 4 estrellas. Todo lo que compra Hotasa es pobre, casi desechos, nada que ver con la planta hotelera del grupo de la abeja nacida en los años setenta.
Basta ver los hoteles del Puerto de al Cruz y los comprados en Mallorca y en otros lugares del litoral costero español para darse cuenta de su mal estado en líneas generales y su obsolescencia, que ha sido precisamente lo que le ha llevado a vender a sus anteriores propietarios.
El Interpalace del Puerto de la Cruz, por ejemplo, un monstruo de edificio de mal gusto arquitectónico -no achacable, lógicamente a la familia Ruiz Mateos- presenta un lamentable aspecto exterior y nos cuenta que también interior.
Como el Interpalace hay otros establecimientos recientemente adquiridos por Hotasa que no dan la talla y ello, pese a lucir unas 4 estrellas que debieron concedérselas en los años de María Castaña. Contrastan todos con los 4 estrellas tan magníficos que operaron bajo la misma marca hasta la expropiación de Rumasa.
¿Por qué no cierran estos establecimientos una temporada y llevan a cabo una amplia reforma como ha sucedido con el San Felipe y el Atlantic que han quedado prácticamente nuevos tras el profundo lifting interno y sobre todo externo ordenado por sus actuales propietarios, Bahía Príncipe y Beatriz, respectivamente?
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