Por Marga Albertí
18/6/10.- En su debut ante la opinión pública la nueva dirección general del Grupo Marsans ha dado una lección de voluntarismo y buenas palabras, pero no ha explicado cómo piensa resolver los problemillas de tesorería que han puesto fin al imperio turístico de Gerardo Díaz Ferrán y lo han dejado en sus manos. Las únicas cifras que por ahora ha puesto sobre la mesa han sido durísimas, de infarto: hasta 1.500 despidos prevé aplicar en Viajes Marsans con el objetivo de hacer viable a la agencia de viajes, o más bien de dejarla en su esqueleto. Más allá de ahí, lo único que se sabe es que el nuevo equipo aspira a entenderse con todo el mundo: acreedores, sindicatos, clientes y hasta con la mismísima Iata, aunque por ahora de cómo conseguir el aval necesario para recuperar la dichosa licencia, 20 milloncejos, sólo se sepa lo que se rumorea en las redes sociales. En cualquier caso hay que reconocer que va deprisa, y eso sin tener siquiera experiencia en el sector: el ERE empieza a negociarse el martes y ya hay ofertas en firme por los activos que más liquidez pueden generar, Hotetur, Newco y Viajes Crisol, que por lo demás los nuevos dueños no están dispuestos a malvender. Cabe esperar que esas ventas sean incluso más rápidas que el ERE. Es difícil que cuadren los números sin renunciar a ventas a la baja y esperando recibir una confianza que en el caso de los bancos tendrán que ganar a pulso. Si hacen cuadrar el círculo será una lección de ciencia económica.
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