Por Fernando Urrea
Madrid. 16/05/11.- El turismo de lujo está impulsando la recuperación del negocio hotelero europeo. Ese es el titular que remite a un informe de American Express en el que se constata que aumenta el gasto en establecimientos de alta categoría, lo que no deja de sorprender en una situación muy condicionada por una línea descendente tanto en precios como en ingresos de clientes desde el 2007. Se confirma que en el caso de España el aumento de gasto del cliente en hotel es directamente proporcional al número de estrellas del establecimiento. El gasto en hoteles de 3 estrellas para abajo apenas ha aumentado un 2 por ciento, frente al 9% registrado en los de 5 estrellas. Y eso sin analizar el hotel vacacional de baja categoría, que estos momentos está al límite de la supervivencia si es que ha abierto sus puertas en pleno mes de mayo. En lo urbano se vende la categoría. Lo confirma otro estudio emitido el año pasado en que se afirmaba que el mercado turístico de los ricos crece sin parar a pesar de los años de crisis, como ya se perciben algo más que signos de que vuelve a entonarse el segmento de los viajes de negocios. Resulta al menos reconfortante que el negocio turístico no se recupere aparentemente por cifras de turistas ni por ocupación, que lo haga por aumento de gasto del cliente. Ojo a ese concepto de “lujo experimental”, donde al parecer se encuentra la parte rica de la sociedad europea y occidental. El producto turístico no es lo primordial, el hotel es un medio, la necesidad de experiencias es la clave. Al viajero rico ya no se le pregunta dónde has estado, sino qué has hecho. El reto en cambios, innovaciones y marketing es para interesar al turista de 4 y 5 estrellas, el más rentable.
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