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Por Gabriel Hilton
9/9/09.- José MarÃa Llodrá es uno de los profesionales más cualificados del mundo de la aviación comercial. Toda su vida la ha de dedicado a las compañÃas aéreas, como piloto y como dirigente. Y en ellas se ha dejado la piel.
Como otros cargos con responsabilidad, Llodrá se dedica en cuerpo y alma a su cometido. El que desempeña en Air Comet no es moco de pavo, por el negocio en sà y por la compleja situación de la aerolÃnea del Grupo Marsans.
Al director general de Air Comet su entrega y dedicación le está pasando factura. Hace poco más de un año que sobrelleva con entereza una enfermedad delicada, aunque la gravedad la superó meses atrás. Pero le da coletazos con el dÃa a dÃa.
Llodrá no es un advenedizo en este revuelto mundo de las aerolÃneas. Con poco más de 30 años ya ocupaba un alto cargo en la Air Europa del Grupo Intasun, a la vera de Tomás Cano, dirigiendo a los pilotos y ejerciendo como tal.
Listo y sutil, ya habÃa trabajado en Hispania y, cuando era un pimpollo, en Ambulancias Insulares. Siempre pilotó con pericia las aeronaves y con mano izquierda a sus compañeros, tal vez el colectivo más difÃcil de los del sector turÃstico.
Llodrá y su jefe inmediato, Ignacio Pascual, acaban de lidiar la última gran faena de Air Comet, evitando con habilidad y esfuerzo una huelga que tenÃa mucho sentido y que podÃa haber puesto en una situación terminal a la compañÃa.
Es muy meritoria la labor del director general de Air Comet, sin menoscabo de la de Pascual jr, sin duda: no sólo tiene que hacer frente al Sepla sino que a otros muchos inherentes a un negocio que no pasa por su mejor momento y que siempre fue arriesgado.
Al pie del cañón ha estado el enjuto director general en este último episodio de la compañÃa del Grupo Marsans. Es duro como un junco y si ha sido capaz de superar a Antonio Mata, seguro que tendrá fuerza para otros envites similares. Pero que no sean muchos…
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