Por Fernando Urrea
Madrid. 27/05/11.- Puede llegar a los 30 millones de turistas esta temporada. Turquía aumenta exponencialmente sus visitantes. Lleva un aumento de más de un millón en lo que llevamos de año, espera un empujón superior en temporada alta y batirá un récord en todo el año. Cabe preguntarse si todo se debe al efecto vacío que han dejado destino como Túnez y Egipto o al incremento de flujos provenientes de mercados que han conseguido superar la recesión económica y aumentan su producto interior bruto y han bajado el desempleo hasta límites anteriores a la crisis. La misma incógnita se plantea en los números de Canarias, que ha conseguido aumentar en más de 800.000 turistas el número de los recibidos en el primer cuatrimestre del año pasado y eso que venía también de un aumento respecto al 2009. O sea, que el archipiélago atlántico ha subido en visitantes e ingresos, aunque en marzo se produjo una disminución del gasto, coincidiendo con los desvíos de turistas que habían contratado en Túnez y Egipto. Alguien lanzó la cifra de 300.000. Con este panorama conviene analizar profundamente si hay que ceder a la presión turca, si está justificado el temor a la competencia de Turquía, si hay que temer a Egipto y Túnez cuando vuelvan a estar en el mercado en los próximos meses, si a Canarias y a España en general le interesan turistas de paquetes baratos y escaso o nulo poder de gasto en destino. Si los turistas llegan a Canarias, Andalucía o Canarias con las condiciones que contrataron para viajar a países afectados por las revueltas, no parece que la operación sea muy beneficiosa. Más vale dedicar todos los esfuerzos a conseguir flujos más rentables aunque sean inferiores en cantidad. Los números fríos solo sirven para engañarse y para que alguno se cuelgue medallas.
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