
24/02/2010.- A estas alturas de la pelÃcula nadie duda de que los efectos de la crisis económica mundial en la industria turÃstica española se han visto reforzados por la propia situación estructural del sector, sobredimensionado en algunos segmentos de actividad y con un peso excesivo de las microempresas, que representan un altÃsimo porcentaje de los actores del mercado y que han sido las primeras en caer ante las dificultades por su débil situación.
El responsable de este escenario, de cuyos peligros muchos advertÃan ya en los últimos años, ha sido precisamente la bonanza de un sector donde era fácil entrar y en el que parecÃa que no era necesaria experiencia o acciones estratégicas demasiado avanzadas para obtener una alta rentabilidad en poco tiempo. Asà entraron actores externos, sobre todo en los segmentos de las agencias de viajes y hoteles, dispuestos únicamente a amortizar lo más rápidamente posible su inversión sin tener ni idea, en la mayorÃa de los casos, de lo que se traÃan entre manos.
La crisis ha llegado para poner a cada uno en su sitio, aunque algunos pequeños empresarios con profundos conocimientos del sector y años de experiencia no han podido soportar los embates y se han visto obligados a echar el cierre. Mientras, los grupos de agencias más profesionalizados y con una gestión más ordenada avanzan posiciones para convertirse en refugio de aquellas independientes o pequeñas redes que no pueden competir con las grandes. AsÃ, como apuntan desde la consultora de franquicias Tormo, “la crisis ha venido a acelerar un proceso de concentración iniciado en 2007, que está facilitando las operaciones de absorciones, compras y alianzas en unos momentos en los que resulta fácil comprar si se tiene un buen bolsillo, y difÃcil resistir la tentación de vender si se está sufriendo en la cuenta de resultados el descenso de las ventasâ€. Una situación muy similar se está viviendo en el sector hotelero, en el que los expertos aconsejan no vender y esperar a que los valores se recuperen, mientras al mismo tiempo vaticinan que este bienio representa la mejor oportunidad de los últimos 20 años para adquirir establecimientos. Y las grandes cadenas lo saben.
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