Por Tomás Cano
6/9/10.- No sé quién hace más daño a los afectados por el accidente de Spanair, si la mini-serie de televisión o manifestaciones como las del abogado Ricardo Martín Chico, que representa los intereses de algunas familias y que ha hecho unas declaraciones en la prensa local que no tienen desperdicio.
Manifestaciones como ésta: ¡El 80% de la victimas murió quemada viva en el incendio del avión! ¡Ni los nazis quemaron vivos a sus victimas!
Semejante despropósito no tiene parangón en ningún país del mundo civilizado. O por ejemplo cuando le preguntan si el transporte aéreo es el más seguro su respuesta es contundente: ¡Los fabricantes así lo afirman, pero hay que saber cual es el criterio que se utiliza para llegar a esa conclusión! Curiosa ignorancia la de este personaje.
Por el amor de Dios, ¿se puede ser más retorcido? Comprendo que los supervivientes y las familias deben saber la verdad y ser indemnizados de acuerdo con lo sucedido y el porqué. Pero francamente, ¿no creen ustedes que estas manifestaciones esconden algo más, tal vez notoriedad? No creo que con ellas se defiendan los intereses de los afectados. Y todo esto lo dice un experto en accidentes aéreos… 35 accidentes en los que ha estado envuelto en su vida profesional, no sé si todos ellos a la vez, por lo que se desprende de sus palabras sobre la seguridad aérea, porque no se atreve a decir en cuántos años de su dilatada vida profesional y dónde se han producido los mismos.
Tiene este señor los resultados preliminares del accidente, él es consciente de todos los eslabones que llevaron a que ocurriera semejante accidente en un porcentaje elevadísimo y hace estas manifestaciones. Poner en duda la seguridad aérea, incluida la de nuestro país, es una falta de respeto hacía los profesionales que trabajan en este sector y comparar el accidente con lo que hicieron los nazis, te hace llegar a la conclusión de que este país nuestro -si es que se le puede llamar así- es un país de necios.
Lo que hay para todos estos abogados es demasiado dinero en juego, que a veces prima sobre los intereses de los afectados en general. Habría que recordarles a personajes como éste las palabras de Tácito: “La verdad se robustece con la investigación y la dilación; la falsedad con el apresuramiento y la incertidumbre”.
En fin palabras, solo palabras para olvidar, vanidad y anhelo de viento es lo que reclama este abogado, cuya capacidad profesional no pongo en duda, todo lo contrario, sólo que un hombre destacado no puede ni debe hacer estas manifestaciones.
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