Por Clara Aguirre
Madrid. 8/3/11.- La huelga intermitente de 22 días entre abril y agosto convocada por los sindicatos de AENA es la peor noticia que podía recibir el turismo español. Sólo puede interpretarse como un órdago que han querido echar al Gobierno los responsables sindicales, máxime cuando ellos mismos aseguran en su escrito de preaviso que hay tiempo para evitar el conflicto y hacen un llamamiento a la negociación. Pero incluso en ese caso, ya no podrá evitarse el efecto negativo que el mero anuncio haya podido tener sobre miles de turistas que ya no vendrán a España. Unos y otros deben apurar la negociación por sentido de la responsabilidad y porque las consecuencias negativas sobre la economía y sobre la imagen turística española pueden ser incalculables. El derecho a la huelga es incontestable, pero los sindicatos demuestran una actitud poco razonable ante el alcance de la convocatoria, las fechas elegidas y el momento económico que vive el país. Y el Gobierno debe recordar que está en juego la temporada turística y que el sector no puede soportar otro año de altibajos. Que negocien ya.
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