Opinión: Desconfianza por los cuatro costados

Por Clara Aguirre

Madrid. 18/6/10.- Todos los pasos que están dando hasta ahora los nuevos jefes del Grupo Marsans se dirigen a un mismo objetivo: despertar confianza. Sin ingresos y con una deuda más que abultada probablemente sea la única forma de ganar tiempo, si de eso se trata. En este aspecto psicológico parecen basar el principio de los asuntos que se proponen llevar adelante, con unos números que no cuadran ni por asomo. Pero lo tienen difícil. Los bancos acreedores no disimulan el recelo que les produce Ángel de Cabo y su equipo, y según el sindicato que los agrupa, no descartan opciones tan contundentes como instar concurso de acreedores contra Teinver o denunciar al propio Díaz Ferrán por venta fraudulenta de la compañía. El mensaje de ‘buena voluntad’ de Iván Losada al anunciar que los bancos controlarán la venta de activos es una obviedad, teniendo en cuenta que las acciones de Hotetur y Newco están pignoradas a su favor, lo que les obliga a contar con su visto bueno. Desde su propio ángulo, también los trabajadores acechan a los recién llegados. El anuncio de un ERE y el cierre de oficinas, de los que se hablará en la reunión de hoy como si se tratara de medidas estelares, no supone nada nuevo bajo el sol para una plantilla bragada en las mil maniobras de los anteriores propietarios, que se las sabían todas. Sugiere, si acaso, que todo puede aún empeorar. Pero quizá lo imposible sea recuperar la confianza del sector. No sin razón se dice que la caída del Grupo Marsans ha perjudicado la imagen turística de España. No sin razón el propio presidente –todavía- de la CEOE advertía al Gobierno en un escrito que el fin de Viajes Marsans tendría incluso poder para perjudicar la presidencia española de la UE. Las próximas semanas darán mucho de sí en la nueva etapa que acaba de empezar el grupo turístico, aunque la música que se oye hasta ahora parece ser la ya conocida.