Por Fernando Urrea
24/9/10.- Las previsiones de IATA han sorprendido hasta al apuntador. El conjunto de las compañías van a ganar dinero en un ejercicio marcado por la crisis. Si no le fallan las cuentas, más de seis mil millones de euros, fundamentalmente para las aerolíneas americanas y del sureste asiático. Eso sí, las europeas no levantan cabeza porque seguirán con déficit en sus cuentas de resultados, lo que prueba que la recesión mundial se ha cebado con el viejo continente, que hay mucho desequilibrio entre los países comunitarios, que han tardado demasiado las directrices comunes, que se está alargando más de los previsto el repunte económico. Y probablemente también se está alargando irresponsablemente el necesario proceso de saneamiento, de fusiones y de absorciones que necesita un mercado con viejos desequilibrios estructurales. Las crisis también son una oportunidad para racionalizar la oferta, rediseñar planes de viabilidad y adecuar los medios al mercado del futuro sin eludir las necesidades perentorias del presente. Si toda esa retórica ha servido en algunos lugares del mundo para que las compañías aéreas dieran la sorpresa de cambiar radicalmente la tendencia perdedora de los últimos años, también puede servir para cambiar el panorama del negocio aéreo en Europa. Ahora ya sabemos que se pueden obtener buenos resultados incluso en tiempo de recesión, lo que no deja de ser una sorpresa. Eso sí, agradable y esperanzadora.
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