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Por Tomás Cano
30/4/10.- Son tantos los recuerdos, que la emoción me embarga y no puedo dejar de mirar hacia atrás recordando lo mucho que le debo a este touroperador que hoy se va. En los inicios de mi profesión, Club de Vacaciones era parte de mi vida ya que por aquel entonces yo trabajaba en Spantax.
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Años después Club de Vacaciones me animó, con José Duato a la cabeza, para operar New York. Entonces eran tiempos de Air Europa. En este último juego de coincidencias Miguel Cantalapiedra, actual director general, me presentó a José Duato y en Valencia y frente al mar decidimos empezar una operación con los Boeing 757 de Air Europa, en la que muy pocos creÃan, sólo Duato y Cantalapiedra nos apoyaron.
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Todo aquello eran sueños, pero de toda la memoria sólo vale el don preclaro de evocar los sueños. Qué puedo hoy decir de Club de Vacaciones, gracias a todos por su apoyo, y qué añadir de Miguel Cantalapiedra, que lo conocà siendo un guÃa turÃstico y hoy es su director general, persona afable gran amigo, nos hemos visto poco y alguna vez en Valencia, su tierra natal.
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Pero en fin, las tragedias como ésta dejan marcas eternas, y las glorias dejan recuerdos inútiles. Tristeza es todo lo que puedo decir, pero al final lo que distingue a un hombre inmaduro es que aspira a morir noblemente, por una causa, yo en cambio pienso que la causa de Duato, como Cantalapiedra, al ser hombres maduros, a lo que aspiran es a vivir humildemente por ella.
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