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Por Vivi Hinojosa
28/08/2009.- No hay nada como un severo recorte en el consumo para que las compañÃas vuelvan a apreciar a cada cliente que elige sus servicios, mimándole para que no se vaya a la competencia, y se desvivan para atraer a los que aún no lo son. Y no sólo se trata de una cuestión de precios, que también, dado que en los tiempos que corren se ha convertido en uno de los primeros criterios para decidirse por una empresa o por otra.
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Ahora ha llegado el momento de mejorar el producto para que responda a las más altas expectativas del consumidor e incluso sea capaz de sorprenderle superándolas. AerolÃneas como Iberia o British Airways asà lo han comprendido, introduciendo mejoras en la clase turista para evitar el desvÃo de clientes hacia las compañÃas de bajo coste. La renovación de los menús, nuevas butacas e incluso el acceso a las salas VIP, hasta ahora restringido a los pasajeros de business, son algunas de estas novedades con las que también se quiere satisfacer las necesidades de los hombres y mujeres de negocios que han cambiado de clase por el recorte de gastos en sus empresas.
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Ahora sólo falta que algunas low cost comprendan que, aunque sus viajeros hayan pagado una cantidad muchas veces ridÃcula por volar, no por ello dejan de ser sus clientes que como mÃnimo merecen un respeto y no ser tratados como ganado. Porque al fin y al cabo la diferencia de precios entre unas compañÃas y otras se va acortando cada vez más y por menos de nada puede producirse un desvÃo de demanda en sentido contrario, de las compañÃas de bajo coste a las tradicionales, y más si éstas mejoran su trato y su servicio.
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