Por Juan Luis Ruiz Collado
La próxima constitución de la aerolínea Air Dominicana no hace más que poner de manifiesto el interés que suscita el Caribe a los empresarios turísticos españoles. El hecho de que Juan José Hidalgo haya echado el resto, con el apoyo del Gobierno dominicano, es, además, motivo de satisfacción por doble motivo. En primer lugar, la República Dominicana contará por primera vez con una compañía aérea regular y chárter en la que participa capital dominicano y, en segundo lugar, se propicia un nuevo canal y medio de transporte para incrementar el flujo de pasajeros desde Canadá y Estados Unidos hacia este país, en el que la industria turística española inicio el proceso de internacionalización hotelera y en donde los activos hoteleros son más que cuantiosos. Pepe Hidalgo ha visto clara una oportunidad de negocio y la ha aprovechado al máximo. Otro hecho, es que ante el volumen de negocio que se avecina haya habido empresarios que declinaron la invitación de Hidalgo para participar en este proyecto, caso de Gabriel Escarrer. Aquí, como en todo, se tiene que aplicar aquello de "zapatero a tus zapatos", por lo que el presidente de Sol Meliá ha actuado con criterio lógico.
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