A principios de 1994 Juan Sáez, vicepresidente ejecutivo de Iberia, anunciaba que la compañía quería presentarse al concurso del Imserso. Una decisión que algunas mayoristas y aerolíneas veían como una oportunidad para ampliar su negocio.
No obstante, la noticia causó sorpresa, expectación y preocupación entre las agencias que tenían la concesión del programa y sobretodo en la chárter Air Europa, que hasta ese momento era la empresa con más pasajeros de este segmento.
Como un primer paso para presentarse al Imserso, Iberia aportó 300 millones en billetes y firmó un acuerdo con el Ministerio de Asuntos Sociales para ampliar la “operación nostalgia”, un plan para que los españoles de la tercera edad, residentes en países hispanoamericanos, pudieran viajar a España en condiciones económicas muy ventajosas.
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