En abril de 1994 Spanair, participada por Marsans y SAS, se hizo con el control total de Club de Vacaciones tras quedarse con las acciones que Ecuador y Wagonlit tenían de la mayorista (40 por ciento). Ambas decidieron no acudir a la ampliación de capital.
Los directivos de Viajes Ecuador y Wagonlit no ocultaron en ningún momento su desinterés en acudir a dicha ampliación. Las relaciones con sus socios del grupo Marsans, aun siendo cordiales, no eran las normales en una empresa que necesitaba consenso para poner en marcha todos los proyectos. Tanto en una como en otra existían celos profesionales del liderazgo de Gonzalo Pascual.
En aquel momento Spanair también negociaba con SAS hacerse con la participación que la compañía de bandera escandinava tenía en Club de Vacaciones, un 20 por ciento, para de esa forma controlar totalmente la mayorista.
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