El Ayuntamiento de Ámsterdam ha prohibido las visitas turísticas al Barrio Rojo, la zona del centro de la ciudad donde se concentra el negocio de la prostitución. Aunque la medida llegará hasta otros puntos del casco antiguo, allí ha sido tomada por respeto a las mujeres que se muestran en la ventana. Desaparecen también las giras por los bares de la zona anunciadas solo para consumir alcohol en todos ellos. La medida entrará en vigor en enero, según informa El País.
Los paseos con guía por el Barrio Rojo se anuncian en todo tipo de publicidad relativo a la capital holandesa, pero “en estos momentos, está fuera de lugar ver a las prostitutas como un entretenimiento para el turismo”, ha declarado Udo Kock, concejal de Finanzas (El Barrio Rojo de Ámsterdam puede tener los días contados como reclamo turístico).
Los grupos desaparecerán del Barrio Rojo, aunque los turistas sí podrán ir acompañados de un experto en cualquier modalidad de embarcación por los canales, previo pago de una tasa de 66 céntimos de euro. Para los autocares la situación es similar. El Ayuntamiento ha puesto fin a los paseos gratuitos. La autorización para el cicerone cuesta 100 euros. Los que operen sin licencia se arriesgan a una multa de 190 euros. Si el fraude lo comete una empresa, la sanción aumenta a 950 euros. En caso de reincidencia, se retira el permiso de forma permanente.
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