La industra de los cruceros ha ido retrasando su retorno a la actividad a la espera de que se calme la virulencia del coronavirus. Algunas navieras, sin embargo, están haciendo algunos intentos de recuperar la normalidad. Es el caso de SeaDream, un barco que ha empezado a navegar por el Caribe.
Pero le ha ocurrido lo que todo el mundo temía: ha habido un caso de coronavirus a bordo, todo el pasaje se ha visto obligado a confinarse en sus camarotes y el buque ha tenido que retornar a toda máquina a Barbados. Un desastre porque en esta situación es cuando emerge el otro gran problema de los cruceros: el pánico.
La compañía quería recuperar la normalidad. Por eso, había dicho quela tripulación no llevaría mascarillas, salvo en las zonas de riesgo. Pero el desastre que ha ocurrido ha echado por tierra todo intento de tranquilizar a los clientes.
Los viajeros están siendo sometidos al calvario que se imaginan: no han podido bajar del barco y se les están haciendo las pruebas en sus camarotes.
El buque transportaba varios periodistas que, lejos de poder decir que el negocio de los cruceros está en vías de normalizarse, han estado informando de cómo esto sigue siendo un desastre y que no hay manera de viajar en paz.
El pasajero con positivo en coronavirus fue detectado este miércoles. Inmediatamente el capitán informó a los pasajeros de la situación y del desvío del trayecto hacia Barbados. Las autoridades obligaron al barco a quedar anclado transitoriamente en la isla Unión en las Grenadines.
La situación es un verdadero desastre mediático para la industria que confiaba en que todos los protocolos introducidos permitieran recuperar la confianza de los viajeros.
El turismo podra volver cuando la situacion sanitaria se normalice. Entretanto, todas la tentativas estan destinadas a fracasar, con test o sin test, con gel o sin el
La gente lo tiene claro, los anuncios promocionales no encuentran eco y cuando lo encuentran aciontece lo del crucero
A todos nos gustaría regresar a la normalidad, y creo que esto que sucedió con el crucero más que un fracaso es todo un acierto, lo siento mucho por los pasajeros y tripulantes, pero que parte no se ha entendido de que es algo que no se puede controlar, aunque te bañes en gel, te pongas mascarilla, y hagas lo que hagas, un crucero es un lugar muy vulnerable. La industria de los cruceros tendrá que esperar a una nueva y mejor normalidad.